
Personajes del Hellfest
Se acerca la temporada festivalier, y mientras unos nos rompemos la cabeza en como diseñar nuestros planes para el próximo festival, cuántas cajas de Estrella llevamos, cuántas de licor café, los coches, los horarios, si ver a este grupo o aquel, si ir de la Warzone al Temple (Hellfest), del Metal Done al Marquee (Graspop), o del Chaos Stage al Ritual Stage (Resurrection Fest), por poner unos ejemplos; hay otra gente que ya esta pensando en que atuendo va a a fabricarse para el próximo festi. Y es que, últimamente los festivales parecen una verdadera fiesta de disfraces, o desfile de frikies diría yo.

Friky belga con un servidor en el Graspop 2014.
En todos los festivales rock/metal del planeta, puedes encontrarte la más variada selección de atavíos e indumentarias, desde las Totugas Ninja, a payasos, diablos y diablas, peluches, superhéroes, hipsters (que van de guays), vikingos con cascos y cuernos para beber, incluso puedes ver más zombies que en algunos capítulos de Walking Dead. Los disfraces son el símbolo y la expresión del buen ambiente que ampara en los festivales, y también la forma de dejar ver al mundo como te patinan las neuronas. Puesto que con unas cervezas de más, buena música y “campeiro por diante para arrolarse”, hacen una combinación más que explosiva para que loquees a tus anchas. Como quijotes en su ancha Castilla, como Hans en su milenario halcón, vagando por el espacio; estos frikies están en su salsa. Ya puede pluviar, hacer 40º a la sombra, estar rodeado de miles de personas, que ellos… “ellos sin su disfraz, MATAN”. Calor, lluvia, comodidad, vergüenza, ¿qué coño es eso? Quieren lucirse, mostrarse…y, después, algunos te miran raro si llevas sándalos o vas descalzo sobre el césped en algún concert; sobre todo en los de la mañana y primeros días, cuando la hierba está mullidita y limpia (siempre que la haya, claro). Si haces festivales en el desierto, poca hierba va a haber.

La reina de las vulpes.
Pero no sólo nos encontramos a estos archipámpanos en la jungla de los festivales. Entre heavies, punkies y hardcoretas, raro es que no te topes con uno de los más clásicos: EL PIJO/LA PIJA. Esta rara avis del ecosistema festivaleiro, no pasa desapercibida ante el asombro de los demás festivaliers. Y es que, cuantas veces se te ha pasado por la cabeza la frase “¿Pero tu qué coño haces aquí?”, al ver a un personaje de estas características. “No, es que yo antes era heavy”, o “Es que he salido del curro, y no me dio tiempo ir a casa a cambiarme”, o “me gusta ir en tacones y minifalda a los festis, porque antes muerta que sencilla (soy más guarra que las gallinas) “, son frases que podemos escuchar de sus bocas. Tengan mucho cuidado, amigas y amigos, por que en ocasiones a esta tribu urbana no le basta con su Bilbao BBK, Primavera Sound, y conciertos de Amaral y Hombres G, que vienen a tocarnos las pelotas a conciertos como los de AC/DC. “Es que me estas empujando”, rezongan. “Es que es el puto Back in Black y estas en las primeras filas de AC/DC”, contesto. Seguro que no nos encontramos a estos especímenes en medio de un concierto de Marduk.
A parte de los colegas del disfraz, y los lacayos peperos, es habitual en un festival al que hayas asistido unas cuantas veces, encontrarte con el clásico y mítico personaje que, a parte de “no probarlo”, se te asemeje a un colega, conocido o famoso.

Pelletiers con Bosingwa. Hellfest 2015
A veces, los has visto tantos años seguidos que hasta te haces colega de ellos. Los Pelletiers hemos topado a unos cuantos personajes de este calibre a lo largo de tantos años de festivales, pero el más famoso entre todos ellos es BOSINGWA. Este fantástico amigo, apareció en nuestras vidas en un verano del 2012, cuando estábamos en la tradicional parada/relax/regular pH del galpón, de la maravillosa villa de Clisson. Fue un amor a primera vista. Imagínate a 6 gallegos, “que no lo prueban”, tomando unas cuantas birras a mediodía, en una “paradita técnica” del Hellfest…; lo que pudo ser aquello. Lo que no te ibas a imaginar es que, un año tras otro, en un festival de más de 50.000 personas, te lo encontrases; eso sí, siempre con su gran porte (borracho como un can). Y así es como todos los años, nos hacemos la foto de rigor con nuestro amigo. Tiene que flipar este franchute.

Pelletiers con Bosingwa. Hellfest 2013

El verdadero Bosingwa, jugador de fútbol
Los festivales dan para mucho. Conoces gente, rara en algunos casos, cojonuda en otros. Charlas, brindas, bebes, y vuelves a beber, te haces gran amigo de algunos, compartes zona de acampada con buena peña (saludo a los vaskos) y otra que, bueno… no los invitarías a tu boda, como los Toxic Twins y la familia Toxic (ya hablaremos de ellos en la segunda parte), a no ser que no te quieras casar. La verdad, es que en la variedad de las gentes está la grandeza de los festivales, a parte de los grupos que toquen, claro está. En esta gran jauría de gente me faltan muchos personajes por nombrar, muchas tribus urbanas: emos, punkies costrosos, pelados, moteros, góticos, fumones, turuteros, etc. Y hasta te puedes encontrar gente normal. Eso sí, te puedo asegurar que todos los que asistimos a estos eventos somos un poco personajes. Podemos estar encasillados dentro de una tribu urbana o no, pero debemos estar orgullosos de pertenecer a esta gran familia; la llames ROCK/METAL/PUNK/HARDCORE…, da igual. Disfruta, loquea, disfrázate si quieres y sal un poco de tu rutinaria vida. Con este artículo no pretendo ofender a nadie, bueno a los pijos sí, porque yo, también soy un PERSONAJE.

Creo que se me metió un poco de barro en la birra. Resurrection Fest 2014.