El pasado sábado 12 de marzo tuvo lugar la tercera edición del festival pontevedrés Katastrofest, llevándose a cabo en el Tronko bar, situado en la urbanización de Pontemuiños.
Como no podía ser de otra manera ante tal evento, la familia Pelletier andaba por allí y, obviamente, no lo probamos.
A nivel organizativo, el festival está francamente bien montado; la puntualidad fue extrema (no sólo la música) y sobre el sonido no puede haber queja alguna. Además, la sala donde se llevan a cabo los conciertos está en la planta superior del propio Tronko bar, lo que hizo que en las pequeñas pausas entre concierto y concierto, los asistentes aprovecharan para disfrutar de la terraza del local, o poder saborear la oferta gastronómica allí existente (bastante buena por cierto); pudiendo hacerlo de manera tranquila, sentados y de manera económica.
A continuación, haremos un resumen del festival propiamente dicho, yendo banda por banda.
Sobre las 7 PM, daba comienzo el Katastrofest 3, con los vigueses Desolate abriendo fuego, banda formada hace menos de un año, practicando black metal con toques sludge. Esta banda, a decir verdad, no la ví actuar, debido a que preferí quedarme en la parte de abajo del garito, disfrutando del fútbol de salón del equipo de su ciudad natal. El concierto duró alrededor de 40 minutos y, según las lenguas viperinas de algunos colegas, no fue nada especial.
Desde Porto llegaba este joven cuarteto lusit-ano, que dejó un gran sabor de boca a la centena, quizá centena y media, de festival-eros.
A pesar del gran parecido físico de su bajista con Shane Embury, su música no lo es. Sobre ellos decir que no inventan nada, ni lo pretenden, pero tienen un gran di-recto. Estilísticamente, beben (esta gente tampoco lo prueba, como pudimos ver en la terraza el resto de la noche) de varias vertientes metaleras, siendo la más predominante los grupos Thrash ochenteros germ-anos; aunque sin negarse, eso sí, a fases más progresivas en sus temas e incluso al uso del falsete en la voz en contadas y acertadas ocasiones, además de contar con una fuerte base predominante en el heavy más clásico (incluidos vaqueros apretados y zapas blancas estilo J`Hayber) y speed metal.
Sorprendieron a los festivaliers, y para bien. Para más de uno allí, fueron los mejores de la noche
Tras el correspondiente refrigerio cervezil en la parte de abajo del “Tronko”, y con una espera de unos 20 minutos para cambiar los atrezzos del sobrio escenario, lo cual sería la tónica (schweppes) durante todo el festi, tomaban el control los ferrol-anos Marthyrion, con un black metal muy influenciado en algunos temas por el death, de corte muy clásico todo ello, dentro de ambos géneros.
La agresividad de este trío, formado por Tharngrist, Cannibal & Balc, nombres muy Ferrol-anos todos ellos, quedo a las claras durante toda su actuación, dejando la misma, muy buenas sensaciones entre los allí presentes.
Marthyrion son sin duda, un grupo que hará las delicias de los gustos más oscuros y agresivos, dentro de la escena gallega.
Tras terminar los de Ferror, como mandan los cánones de su ciudad a estas horas, nos dirigimos a la parte baja del “Tronko” a degustar un bo-caudillo, que sin duda fueron otro de los puntos fuertes del festival: grandes, sabrosos y baratos (tres características perfectamente extrapolables a los penes de buena parte del sector pelletier; para que conste…) . El Katastrofest, definitivamente, ya se había ganado nuestros oscuros corazones. Además, mientras engullíamos tal manjar tuvimos la oportunidad de ver perder al Deportivo de la Coruña.
No sabemos, si por la derrota del equipo de su ciudad, o por rutina, el cuarteto Bokluk derrochó mala leche sobre el escenario en todo momento, perpetrando un Death Metal Old School que nos trajo reminiscencias de grupos americ-anos en la onda de Cannibal Corpse u Obituary. Esto hizo que el público empezase a mover sus caballeras en las primeras filas y hasta hubo intentos de crowd surfing, mucho más lights que el bolo que estábamos presenciando.
Hubo otro hecho destacable de los Bokluk y que, viniendo de donde venían, parecía inevitable, fue la aparición en las charlas entre canciones de su cantante Alex, de ese idioma singular, acuñado como “el korunho”. De tal manera, “chindó” al respetable los mayores hits de tan característico len-guaje. ¿Mentiendes, neno?.
Sin duda, Bokluk no defraudaron, ni musical ni lingüísticamente hablando.
Era el turno para los madrileños Nigromante, y a pesar de que claramente lo dieron todo, para mí fue el concierto más flojo de esta edición. En su descargo, decir que tampoco tuvieron suerte, ya que al poco tiempo de comenzar su show, tuvieron que pararlo para cambiar el doble bombo de la batería, lo que desangeló su show.
Gran parte de los asistentes decidieron durante su show disfrutar de la terraza, la birra, y hasta de los columpios que el establecimiento tiene al lado (son como niños…)
Musicalmente, hacen una mezcla de Heavy clásico mezclado con Rock n´ Roll macarra, siendo Motörhead la influencia más clara de este trío. Mencionar, así mismo, que hicieron una versión de Los Ilegales (‘Soy un Macarra’), que dedicaron a Alejandro Espina, bajista de los asturi-anos, tristemente fallecido horas antes en su casa ovetense.
Los segovi-anos Entröpiah aparecían sobre las tablas. Con 2 vocalistas (Juan y Luigi), uno de estilo agresivo y el otro de estilo más agresivo todavía, dieron rienda suelta a su Grind/Hardcore, tras comentar que era un placer para ellos estar en Pontevedra, una ciudad donde Mari-ano Rajoy es “persona non grata”.
Su concierto fue lo que se espera de un combo “core” de 6 personas, es decir, potente, di-recto al grano, derrochando agresividad, mucho movimiento sobre el escenario (el que permitió el mismo), y sin dar ni un solo segundo de descanso al personal ante tal violencia sonora.
Alrededor de la 1:30 AM, hacían acto de presencia los vigueses Dantalion y su oscuridad (no es que hiciese falta, puesto que la sala en sí misma ya es muy, muy oscura).
Con 5 LP´s a sus espaldas y más de 10 años de existencia, el cuarteto olívico perpetró con su Dark/Doom metal uno de los mejores shows de la vel-ada (colau).
A pesar de que el cansancio empezó a hacer acto de presencia, su actuación de aproximadamente una hora, hizo las delici-ass de la congregación Katastrófica. Para rematar su gran puesta en escena, decidieron dar por concluido el Katastrofest III con la versión “I wanna be Somebody”, de los angelinos W.A.S.P.
En definitiva, el Katastrofest 3 fue una gran ocasión para disfrutar de vari-ass bandas galaico-portugues-ass de los estilos más extremos, en el marco de este festival pontevedrés, cada vez más asentado, con un gran trato por parte de la organización, camareros, etc, y todo a unos precios muy razonables; algo que se echa mucho de menos, en más de una ocasión, en festivales de mucho más presupuesto, donde parece que más que buscar la comodidad de sus clientes, buscan el saquear sus bolsillos.
Stay Pelletier