El pasado sábado 7 de Mayo, varios miembros de Pelletier Horror nos deplazábamos a Lisboa, para asistir al primer concierto de Axl Rose con AC/DC. Probablemente era el acontecimiento rockero más importante de este año, con permiso de la vuelta de Rainbow, la reunión de Guns ´n Roses, o la gira de despedida (ya veremos) de Black Sabbath.
La expedición Pelletier llegaba pronto a la céntrica Praça da Figueira, donde las gentes del lugar nos ofrecían, a plena luz del día, diversos menesteres y productos de la zona a modo de Hash y Marihuana (recibimiento digno para la sección Horror). Una vez allí, establecimos nuestro campamento base, y después de unas cuantas birras y fagocitar los típicos platos portugueses, nos pusimos rumbo al Paseo Marítimo de Alges. La verdad es que no fuimos en barco de milagro, ya que la manera de pluviar sobre Lisboa no era normal. Este hecho hizo que pensásemos en una, más que probable, cancelación del concierto. Era como si los dioses no quisieran que se celebrase esta unión “Axldeciana”.
Una vez en el recinto, vimos que no había indicios de tal cancelación, y que el evento iba a celebrarse sí o sí. El llegar con casi dos horas de antelación, hizo que nos empapáramos de pleno, pese a nuestras vestimentas impermeables, así que nos dispusimos a empaparnos también por dentro. Estábamos dispuestos a que nos premiaran con la Heineken Cup.
Tras varias birras, risas y mojaduras, comenzaba el grupo telonero, Tyler Briant & The Shakedown. Comenzaron con un sonido más que discutible, y un escenario lleno de plásticos, y otros remiendos para combatir la lluvia. Pero a la banda de Nashville no le importó, hizo un gran concierto, basando su setlist en temas de su último y recomendable Ep The Wayside, y algún que otro tema de sus primeros discos. El hard rock blusero, con algún que otro tinte grunge, de estos americanos suena increíble. Pero claro, son los teloneros. Para cuando un grupo telonero gozará de las mismas oportunidades que el grupo grande. Toma, te dejo mi mejor sonido, y todas mis luces y pirotecnia. Creo que eso no lo veremos, y menos con AC/DC.
Ya no llovía sobre Lisboa, como si fuera un milagro, la lluvia cesó momentos antes del concierto, el cielo quería rock and roll (Lemmy y Dio quizás). La plataforma estaba a punto, los plásticos quitados,.el recinto abarrotado, los Pelletiers con nuestras birretas y la noche caía sobre nuestras cabezas. Todo estaba preparado. La intro empezó a sonar, y ya se veían las primeras imágenes, en esas gigantescas pantallas que flaqueaban el escenario. El meteorito australiano caía sobre la capital portuguesa, y un espectáculo de luces, humos y fuegos artificiales, precedían a los primeros acordes de Rock or Bust. Se veía al gran Angus, ataviado con su singular traje de colegial rojo. Pero todos los ojos, miles y miles, estaban dirigidos a Axl. Allí estaba él, sentado, con su pierna lesionada estirada, llevando un sombrero al más puro estilo cowboy . Hey yeah. Are you ready? (Estábamos preparados y Axl también lo estaba). We be a guitar band. We play across the land. Shootin’ out tonight. Gonna keep you up alright. You hear the guitar sound. Playin’ nice and loud. Rock you to your knees. Gonna make your destiny. In rock we trust, it’s rock or bust…Vaya si estaba preparado. Esa primera estrofa nunca se me olvidará, pese a que los coros del amigo Cliff y de Stevie dejaran mucho que desear. La voz de Axl penetró en mis oídos, hasta dibujar una gran sonrisa en mi cara. Y apostaría, a que esa sonrisa estaba también en las caras de las otras 59.999 personas, o las que estuviesen en ese lugar.
A continuación Shoot To Thrill, sonaba agresiva con la voz de Axl, le daba ese espíritu rebelde, sin perder la esencia de AC/DC. Primera “miniparada”, el cantante americano bromeaba desde su asiento con el día soleado que tuvimos, y turno para Hell ain´t a bad place to be. Angus ponía sus dedos, a modo de cuernos, en su cabeza. Los agudos de Axl, por momentos, nos hacían recordar al gran Bon Scott. Se le veía muy cómodo, no sólo por que estuviera sentado, sino porque disfrutaba y no paraba de mover su pierna “buena”. Todo marchaba sobre ruedas.
El show continuaba con la impresionante Back in Black, para mi gusto esta, junto con Thunderstruck, fueron las más flojas vocalmente hablando. El bueno de Angus falló un par de notas al principio de la canción, se notó ese parón forzado de su gira americana. No fue la única ocasión, la falta de rodaje hizo que el guitarrista no hiciera un perfect, pero hablando de Angus es perdonable, toda su gran calidad y desparpajo hizo que nos olvidáramos de estos pequeños detalles.
Got some Rock &Roll Thunder y Dirty Deeds Done Dirt Cheep, eran los siguientes temas, y un servidor aprovechó para recargar el combustible. Pese al gran número de barras, la espera se hizo eterna, y si encima la zona de aseos está separada, el momento pis y birra se convertía en una odisea.
Sonaba Rock´n Roll Damnation, del “Powerage”, disco con el que debutó Cliff Williams al bajo allá por 1978. Y allí estaba él y Stevie acercándose de nuevo a los micrófonos, esta vez con mejor acierto en los coros, no como en su primera intervención. Destacar que los australianos no interpretaban este tema en directo desde el 2003.
Y llegaba la hora de dos temas clásicos Thunderstruck y High Voltage. Se podía ver un gran espectáculo de luces y truenos en las pantallas. Axl parecía que desgarraba más la voz y los coros ya parecían más consolidados. Todo esto acompañado, a la perfección, por el gran batería Chris Slade que hizo que no nos acordásemos de Phil Rudd, y dirigido por el cada vez más descamisado Angus.
Tiempo muerto, los Pelletiers necesitamos refrescarnos, el personal ya loqueaba con Rock ´n roll Train, Hell Bells (con campana gigante sobre el escenario, como viene siendo habitual), Given the Dog a Bone, y Sin City (otro tema más del “Powerage”). Los Pelletiers nos reuníamos de nuevo. Si era una odisea ir a pedir birra, volver para encontrarte dentro de la marabunta, era una tarea harto difícil. Menos mal que estaba a nuestro lado el gran Alvarito Wasp, que con su ya mítico gorro vaquero hizo de faro para guiarnos en tal tempestad de gente.
El concierto proseguía, You shook me all nigth long, Shoot Down In Flames, Have a Drink on Me, T.N.T., caía temazo tras temazo, para poner patas arriba el Paseo Marítimo de Alges. ESPECTÁCULO, con mayúsculas, y es que, ver a casi 60.000 personas sonriendo, vibrando, saltando, bailando y cantando al unísono, hace que las pilas de tu energía positiva se recarguen al completo, eso, y que el número de birretas era ya considerable, claro. (¡Para que os vamos a engañar!).
Nos acercábamos ya a la traca final, la enorme señorita Rosie aparecia en el escenario. Primeros acordes de Who Lotta Rosie. El público gritaba “Angus, Angus”. Y el bueno de Young seguía haciendo de las suyas, mientras Mr. Rose prácticamente botaba en su silla/trono. En mi opinión, creo que este tema fue el que tuvo, vocalmente hablando, más esencia Guns ´n Roses. Axl dió rienda suelta a su carisma, y podría decirse que se salió un poco del guión con esos Ma Ma Ma Ma Ma…Yeah., que por otra parte le dan un sello personal inconfundible. Se nota que lleva años versionando este tema con los Guns.
Hora de “Let There Be Rock”, y Axl demostraba porqué estaba allí sentado, porqué lleva años en este mundillo, porqué fue en su día el mejor frontman sobre la faz de la tierra, y porqué fue fichado por AC/DC. Magistral, llegando a agudos impensables para el bueno de Brian, y porque no, recordándonos al gran Bon Scott. Acto seguido, Angus se subía a la plataforma, dije antes que estuvo un poco fallón y fuera de ritmo, pero me retracto al recordar la ejecución de este magnífico sólo de más de 12 minutos de duración. Mr. Young correteaba, se subía a la plataforma, volvía para aparecer por el fondo del escenario, miraba desafiante a un público, que ya hacía unas horas estaba entregado, y acababa como en los buenos tiempos, tirado en el escenario sin dejar de tocar un sólo instante su Gibson SG. “Que no, que no… que no están muertos, siguen siendo los más grandes”.
No nos dió tiempo casi a tomar aire, y ya estaban con los bises. Luces naranjas, fuego en la pantalla, Angus con los cuernos (que valen 12 pavos), llegaba el momento de “Highway to Hell”, el tema más famoso de los australianos. Y Angus de nuevo poniendo sus manos en la cabeza, a modo de cuernos. Proseguían con “Riff Raff” (otro más del “Powerage”), este temazo lo habían tocado juntos Axl y Angus, hace menos de un mes con los Guns n´Roses en el festival de Coachella. Y para terminar los bises, aparecían los cañones, “For Those About to Rock (We Salute You)” marcaba el punto final de este gran concierto. Los cañones explotaban al mando de “fire” de Axl, y el respetable, extasiados por el poder y la grandeza del ROCK AND ROLL, explotábamos en un gozo de satisfacción orgásmico.
Muchos no confiábamos en esta unión Axldeciana, pero sí que confiábamos en el rock. Después de asistir a este concierto, me imagino a muchos puristas de AC/DC, que no confiaron y devolvieron su entrada, pegándose cabezazos contra la pared después de ver los primeros vídeos del concierto. Seguro que hay opiniones y gustos para todo, seguro que algunos no pueden ver a Axl, que no les pega con AC/DC, pero lo que no pueden decir jamás, es que no es un gran vocalista. No sabemos que deparará el futuro, no sabemos que pasará cuando Axl se levanté, pero un servidor, si tuviese la oportunidad, volvería a ver a AC/DC de nuevo, sin pensárselo un instante.
In Rock we trust. AC/DC forever.
Stay Pelletier
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