Tras dos días intensos, sin probarlo, lo que más apetece es un baño reparador en la playa; y no lo digo porque lo sepa, sino porque me lo contaron…
No conseguimos reunir fuerzas para acercarnos a ver a la Antibanda y tampoco llegamos a tiempo para Escuela de Odio, aunque a estos últimos si los escuchamos un rato de camino al festival.
El sol apretaba duro y, como en días anteriores, el recinto se presentaba muy vacío cuando Dakidarría se subieron al escenario. La verdad es que este ver-ano ya habíamos tenido varias oportunidades de ver a esta banda por toda la geografía gallega y el di-recto no nos sorprendió, su mezcla de ska y punk con letras en “mil” idiomas hace que te lo pases bien, que no te aburras y que no puedas mantenerte quieto; pero claro…, si la gente es tan poca, estos bailes quedan un poco desangelados… Decir, eso sí, que sonaron mil veces mejor que otras veces que tuvimos oportunidad de verlos este ver-ano.
Sobre las siete de la tarde saltaba a escena una banda a la que tenía ganas de ver, muchas ganas; porque no entiendo como ha pasado, pero, llevaba mucho tiempo sin disfrutarlos en di-recto… O eso o es que se me ha hecho larga la espera. Hablo, por supuesto, de Reincidentes.
Fernando y sus acólitos fueron desgranando sus temas míticos, uno por uno, dejándonos extasiados durante unos minutos, justo antes de llevar nuestros dedos a la altura de la barriga cervecera (ya sabéis para qué, o si no no estaríais leyendo esto).
Sus temas más reivindicativos, como La republicana, mantenían nuestros puños en alto y las caras de vicio con las que tocaron la canción homónima traían a Foz lo peor de nosotros, nuestros deseos más impuros.
Los sevill-anos estaban sonando genial; sabiendo que contaban con un gran equipo decidieron aprovecharlo. Las guitarras sonaban potentes, tanto en sus temas antiguos como en los más contemporáneos como La Infancia en un cargador, y el bajo de Fer, con mensaje antifascista incluido, era el perfecto acompañante en este viaje. Muy buen di-recto, del de Medina y sus huestes. Se nos antojó corto, aunque intenso.
El escenario era grande, muy grande… y ahora lo parecía aún más… El frontman y uno de los guitarras de Once Tiros no destacan por su altura pero sí por su actitud, por su electricidad, porque no pararon un segundo en todo el fucking concierto!!!
La verdad es que Pablo Silvera, aparte de tener un parecido increíble con un jugador de fútbol archiconocido en la capital, es un torbellino y acompaña todas las canciones con saltos increíbles contagiando al respetable desde el primer momento. Su estilo,un pop rock pegadizo mezclado con ratos más ska hicieron que nos lo pasaramos genial. Bastante mejores en di-recto que en disco, para mi humilde entender…
Las sorpresas no se habían acabado aún….
Fabián Furtado, frontman de Rey Toro, eligió este momento para subirse al escenario y hacer un dúo con Pablo, quizás el momento más entrañabel del di-recto. Todos los presentes pudimos ver el buen rollo que había entre los músicos uruguashos durante todo el festival. Poco a Poco se acercaba el momento más esperado por la comunidad Pelletier .
Casi sin tiempo para “regular el pH” y fagocitar algo en los diversos stands y “food trucks” que había en el recinto, llegaba el turno de S.A.
La “brétema” se cernía sobre el festival y auguraba algo siniestro, oscuro, lóbrego…
Y es que cuando sonaron los primeros acordes de “Glock 19”, ese sonido nos atravesó la cefa, cual bala de la mismísima Glock.
En ese momento, sabíamos con certeza que no iba a ser un concierto “al uso”.
Con un sonido BRUTAL y una buena afluencia de público, continu-Adba el concierto de los que, a mi entender, tienen uno de los di-rectos más bestiales que puedes ver en el panorama musical peninsular….; sino el que más.
Temas como “Ratas”, “Piedra contra tijera”, “En el tejao”, “Palomas y buitres”, “Cuando nada vale nada”…, entre otras, nunca defraudan en un di-recto de S.A… Sin olvidarnos de las mìticas (a la par que entrañables) “Padre Black & Decker”, “SHAKTALE” o “Nos vimos en Berlín”.
Con esta última , cerraban un concierto más que destacable, que nos dejó el pH por los suelos…, después de alguna que otra brecha.
Después de la apisonadora thrash, nos quedaban sólo dos conciertos para poner el punto final a este evento.
La primera de las bandas, Siniestro Total, había recalado en Foz sustituyendo a los ourens-anos Los Suaves, debido a que Yosi no estaba en plenas condiciones físicas. Una caída le privó de pisar tierras mariñanas… (no lo prueba!!!!)
En fin…. Julián Hernández y sus huestes sustituyeron a los hermanos Domínguez sobradamente y sin forzar… Eligieron un set list perfecto en el que cayeron tanto sus míticos temas como algún cover e incluso la banda sonora de alguna serie de los años 80.
Las iniciales de la banda presidían el centro del escenario, para recordarnos lo que estábamos viendo, como si fuera posible olvidarlo oyendo cosas como Miña Terra Galega o Bailaré sobre tu Tumba.
El quinteto sonaba bien y su punk rock de letras desenfadadas estaba calando en el respetable. Nos lo estábamos pasando genial, vamoss!!… Cuanta Puta y Yo que Viejo, Somos Siniestro Total… Uno por uno fueron cayendo todos sus éxitos, transportándonos a los años 80 y 90.
Nos aproximábamos al final del evento y, después del esfuerzo hecho durante el concierto de los gallegos, tanto saltar y bailar, se hacía indispensable una parada para regular el pH. La rubia, teñida en este caso, bajaba por nuestros gaznates “como si fora pa unha boda” cuando comenzaron a sonar Pussycat Kill.
La banda madrileña de punk saltó al escenario después de pasarse muchas horas entre el respetable. Su estilo y el hecho de que los ánimos estaban exaltados hacían intuir un bolo plagado de Mosh Pit, pero nada más lejos de la realidad.
Entre que el sonido bajó mucho en calidad, que la mayoría del público se fue a casa o a los Food Trucks y que el cansancio era generalizado, el bolo de los Pussycat se nos antojó flojo.
Nos hubiera gustado ver a esta banda con el sonido que tuvieron algunas de las de la tarde y a horas un poco menos intempestivas, pero en esta ocasión fue así.
Resumiendo, gran festival en lo tocante a organización, a la implicación de las bandas, recinto…; pero falt-abba lo más importante. El poco apoyo del público, sobre todo con los grupos más desconocidos, lo convirtió en un festival desangelado. Un festival que te deja un regusto bipolar…
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