
Todo el que ha ido a un gran festival sabe que el amanecer del segundo día es clave en el devenir de la aventura emprendida. Del estado de forma de tu cuerpo y tu estado anímico tras el subidón de la primera y ansiosa ardua batalla, junto con lo debidamente que gestiones la regulación de pH, dependerá el éxito del resto del festival.
La expedición Pelletier no está exenta de estos pequeños detalles; aunque, en mi caso, estaba pletórico…




