Todavía con la resaca de los grandes festivales: Hellfest, Resurrection Fest, Download Madrid (este no tanto… Algún día contaré el por qué), echamos la vista atrás para hablar de uno de los primeros que se celebró, antes de esta temporada estival, concretamente el pasado 8 y 9 de junio.
Un evento que, pese a tener un formato menor, no deja de tener la etiqueta de GRAN FESTIVAL; y es que el Otero Brutal Fest merece estar catalogado como tal.
Son ya seis años los que lleva la Asociación Otero Crew organizando este festival, que cada año va madurando y mejorando como la buena sidra. Por él han pasado grandes grupos como Sick of It All, Madball, Crowbar, Sodom, Terror o Soziedad Alkoholika, entre muchos otros. Este año el cartel era un auténtico lujazo para los fans del hardcore y de los sonidos más extremos y la verdad es que el trabajo de meses de esfuerzo se vio recompensado en esta edición. Pero no adelantemos acontecimientos y empecemos por el principio.
Personalmente, tenía una cuenta pendiente con el Otero. Por una cosa o por otra no había podido asistir a las anteriores ediciones y este año no podíamos fallar. Tenía que haber una representación Pelletier en uno de los mejores festivales del norte de la Península. Así que nos dispusimos a pillar el coche y en pocas horas, desde Galicia, ya estábamos en la maravillosa ciudad de Uvieu.
DÍA 1 (VIERNES 8 DE JUNIO)
Nuestras obligaciones laborales hicieron que no llegáramos a los primeros grupos. Una auténtica putada, ya que le tenía ganas a Gama Bomb; pero, por desgracia, es lo que toca.
Los asturianos Desakato iban a comenzar su show y eso se hizo notar entre el respetable, ya que había una notable representación de fieles seguidores entre el público (incluso se podían ver unos cuantos guajes) y es que el grupo de Llanera goza de una gran popularidad y si encima toca en la capital asturiana el éxito está asegurado; y no es para menos, ya que los asturianos nos presentaban su último Ep Antártida (2018). Canciones como “Humo negro” o “La cura” fueron perfectamente combinadas con éxitos más contrastados como “Cuando el salga el sol”, “Cada vez” o “Pánico en Frankfurt”.
Personalmente, es un grupo que se aleja de mis gustos musicales, pero he de reconocer que realizaron un gran directo, sorprendiéndome para bien. Creo que la evolución musical que han realizado a lo largo de los últimos años, mezclando sonidos más propios del hardcore con otros más punk-rock y me atrevería a decir incluso indies, les ha dado un directo mucho más potente que antaño.
Uno de los platos fuertes del festival iba a llegar a continuación: los neoyorkinos The Casualties iban a saltar a las tablas del Otero. La verdad es que el cambio entre grupos fue bastante rápido. Quizás era una de las cuestiones en las que tenía más dudas, ya que el hecho de tener sólo un escenario podría hacer que los cambios se volvieran pesados e incómodos, pero la verdad es que el buen trabajo de la organización hizo que estos fueran bastante llevaderos durante todo el festi.
“Chaos Sound” fue el tema elegido para abrir el concierto de este grupo punk. Y es que aunque su estilo musical tenga mezclas entre el street-punk y el hardcore, su actitud, mensaje e imagen hace que etiquetemos de esta forma a esta banda. Parecía que el tema presagiara ese comienzo de concierto, ya que su sonido, aunque no llegara a la categoría de caótico, sí que se acercaba; aunque, por suerte, fue sólo en los primeros instantes del mismo.
La verdad es que todos teníamos ganas de ver como se desenvolvía David Rodríguez, el nuevo vocalista de la banda, después de la marcha de Jorge Herrera, miembro fundador, tras estar veintisiete años en la formación norteamericana; y, si bien es cierto que las comparaciones son odiosas, el nuevo cantante cumplió a la perfección la difícil labor de sustituir a su antecesor.
Aunque la figura de Jake Kolatis hace que las miradas y los “flashes” (los fotógrafos sabemos que las fotos en el foso son sin flash) se repartan, ya que la presencia escénica del guitarrista es de auténtico “manual de actitud punk” (si es que lo hubiera… Los verdaderos punkis no lo necesitan).
Casi treinta años de carrera y diez discos en su haber hacen que The Casualties sea toda una banda de culto dentro del punk-rock y en Oviedo repasaron esos veintiocho años de carrera con un set-list plagado de éxitos. Temas, entre muchos otros, como “Rejected & Unwanted”, la coreada “Unknown Soldier”, “War is Business”, “Riot”, o la rápida “Made in N.Y.C.”, que la enlazaron con la versión de The Ramones (el grupo favorito de Amancio Ortega): “Do you wanna Dance”, se escucharon en el parque del Oeste.
Gran concierto de los neoyorkinos, que terminaron con “We Are All We Have”; todo un himno del punk-rock, pese a no tener más de diez años de historia. The Casualties Army demostraron que el punk no está para nada muerto y que seguirán viajando y llevando sus reivindicativos himnos por este injusto mundo.
Después de esta descarga de adrenalina, era hora de tomarnos un merecido refrigerio y en eso los pelletiers somos unos auténticos cracks. Hay que destacar que el Otero Brutal Fest es un festival sin ánimo de lucro y eso se nota, ya que los precios de las bebidas y comida son “populares”, a la vez que “peligrosos” (eso de chupito de Thunder a 1 euro, litros a 5… Ya os lo podéis imaginar…).
Sin demora, los suecos Grave se subieron al escenario del Otero, dispuestos a volar nuestras ya embriagadas mentes. Era la hora de que los sonidos extremos sonasen de nuevo. Una pena no llegar a Blobfish, Hummano, Evil Impulse y Cannibal Grandpa… Sé que que cada uno de esos conciertos merecieron la pena.
Más de treinta años a la espalda tiene este grupo sueco y es que fue en 1986 cuando el bueno de Ola Lindgren formó esta banda junto a Jonas Torndl, Jörgen Sandström y Jensa Paulsson; aunque no sería hasta 1988 el año en que cambiarían el nombre a Grave (ya que anteriormente se llamaban Corpse). Tres años más tarde, publicarían una obra maestra dentro del Death Metal: el álbum Into The Grave. En la actualidad, sólo Ola Lindgren continua en la formación, haciendo las labores de vocalista y guitarrista.
Y no podría haber empezado mejor el concierto… Deformed, tema que abre ese maravilloso disco, sería el escogido como punto de partida para este “viaje hacia los adentros de las tumbas”.
Se podía avistar alguna calavera en un escenario comandado por dos banderas suecas con el logo del grupo (la verdad es que si yo fuera sueco no me avergonzaría de ello. No podemos decir lo mismo del Estado donde vivimos…). Pero “Deformed” no sería la única concesión a su opera prima, ya que el tema homónimo “Into the Grave”, “Eroded”, “Day of Mourning” y “Extremely Rotten Flesh”, también serían interpretados.
Estábamos viviendo un auténtico espectáculo de Old-School Death Metal y es que a principios de los noventa, junto a los también suecos Entombed, Dismember y Unleashed, se asentaba un estilo que se desmarcaba del sonido deathmetalero procedente del otro lado del charco; concretamente desde la soleada Florida (Death, Deicide, Morbid Angel, Obituary). Desde mi punto de vista, es en la base rítmica donde se puede apreciar más esa diferencia, alejándose de los dobles bombos y del sonido más grave y empapándose de un sonido que tiene claros orígenes en el punk e incluso en grupos antecesores del black como Bathory o Celtic Frost.
Está claro que estos grupos europeos nunca tuvieron la “fama” y “estrellato” de sus colegas americanos. De ahí quizás vino su disolución en 1996, a parte de otras diferentes causas. Desde que volvieran en 2001, Mr. Lindgren no supo encontrar una formación estable para el grupo.
Parece que el bajista Tobias Cristiansson y el guitarrista Mika Lagrén empiezan a encajar en una formación donde el batería Tomas Lagrén se ha incorporado este mismo año. Puede que esta sea una de las razones por las que no hayan sacado un nuevo disco desde que publicaran Out of Respect for the Dead en 2015.
Gran concierto de los suecos, aunque con un sonido que dejaba bastante que desear. Repasaron parte de su trayectoria, aunque los primeros discos fueron los más aclamados por un público al que se veía que gustan los sonidos extremos (muchas camis y parches de grupos deathmetaleros entre el personal), pero que quizás estuvo muy “tranquilo” para el despliegue sonoro de los escandinavos.
Todo lo contrario que en Lendakaris Muertos, donde el público se volvió literalmente loco cuando los de Nafarroa saltaron al escenario. El “Podrán cortar la droga pero no la primavera Tour” llegaba a la capital asturiana para pasarnos por encima como un auténtico ciclón.
Aitor, como de costumbre, no paraba de moverse ni un segundo mientras caían los primeros clásicos de la banda: “Centro Comercial”, “Veteranos de la Kale Borroka”, “Gora España”…
Parece que el “fenómeno Lendakaris” cada vez va en aumento, ya que su divertido e intenso directo hace que te empapes de esa energía de un modo “Drogopropulsado”, uno de los temas más coreados (la verdad que no sé por qué sería… xd) .
Y es que los Lendakaris Muertos son divertidos, no sólo por la temática reivindicativa, crítica y satírica de sus letras, si no porque te lo hacen pasar bien, te contagian su actitud y hace que no pares de saltar, cantar y bailar (el pogo es un baile, ¿no?).
Caían más clásicos como “Oso Panda”, “Eta deja alguna discoteca”, “Fuimos Ikastoleros”, “Héroes de la Clase Obrera”, etc., que se enlazaban con temas más nuevos como “Modo Dios” o “Húngara Chunga”, entre muchos otros.
Gran fin de la primera jornada, que nos dejó con las energías casi agotadas, aunque todavía tuvimos fuerzas para dar una vuelta por el centro de la ciudad y visitar el Pub Vader, entre otros (los Pelletiers siempre fuimos muy del lado oscuro); pero eso ya son historias más propias de nuestra sección de Horror.
La jornada del sábado creo que merece ser contada en otro artículo aparte.
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Stay Pelletier
Texto y fotos: Santi Pelletier @SantiPelletier