Después de un gran primer día que prolongamos hasta altas horas de la madrugada, sólo podía haber una solución posible para afrontar la jornada del sábado: una buena regulación de pH.
Como buenos Pelletiers, tenemos amigos en todas partes y nuestra alianza vasco-galega surgió una vez más para conquistar, gastronómicamente hablando, a la vetusta ciudad. El tiempo acompañaba, así que nos dispusimos a darnos un buen atracón de cachopo, cabrales, costilla, etc. Todo ello acompañado por unas cuantas botellas de sidra.
Que el festival empiece a media tarde hace que puedas disfrutar de la maravillosa ciudad de Oviedo como se merece.
DÍA 2 (SÁBADO 9 DE JUNIO)
Pedimos nuestras disculpas al grupo Oklahoma, pero no llegamos a tiempo de ver su bolo. La verdad es que repusimos fuerzas como para una batalla y no era para menos, porque el día prometía.
Los vizcaínos Worth It ya estaban en el escenario cuando entramos. La verdad es que aún no eramos muchos los que nos habíamos acercado al recinto, pero eso no importó para que se formaran las primeras brechas (pits) del día.
Los vaskos nos ofrecieron un directo de potente hardcore, basándose en temas de su álbum Better Way. Personalmente, un gran descubrimiento. Creo que tenemos que seguir de cerca a este grupo, porque su directo y actitud merece la pena.
Parecía que la gente se iba animando poco a poco y los fans del metal extremo se acercaban a las primeras filas para ver a Bloodhunter. Con dos discos en su haber, los gallegos practican un Melodic Death Metal sin concesiones. La presencia y la poderosa voz de Diva Satánica retumbaba como si viniera del mismísimo averno. La verdad es que dieron un gran concierto, aunque para mi gusto tocaron demasiado pronto.
Temas como “The End of Faith”, “Let the Storm Come” o “Eyes Wide Open”, entre otros, hicieron que nos estallase el cerebro. Con Diva Satánica, una vez más, demostrando su portentosa voz para la música extrema.
Otros galllegos, en este caso los coruñeses Black Panda, tomaron el relevo. Su beer drinking dope smoking death and roll (así es como se autodenominan) se apoderó de un festival al que iba entrando cada vez más gente. Potentes riffs al más estilo rock escandinavo mezclado con una base muy punk, que en ocasiones traspasa la barrera del crust, hizo que se volviesen a formar tímidas brechas.
Aunque parecía que la peña se hubiera reservado para “armarla” con The Black Panthys Party. Los asturianos nos presentaban su nuevo trabajo: Uña, grande y mimbre. Un disco cargado de sátira y crítica, con temas cargados de actualidad.
Los asturianos practican un punk rock con algún ramalazo hardcore, donde las letras son las grandes protagonistas. Su vocalista enseguida bajó del escenario y se sumó a los primeros pits, abrazando y bailando con el respetable mientras cantaba desde abajo temas como “Níñigo Errejón”, “Luci y Fer”, “Quiero ser Paquirrín”, “Ginecología autogestionada”, o su particular versión de los Dead Kennedys: “Vacaciones en Camboya”, entre muchos otros.
Aun estábamos a media tarde y lo mejor de la jornada quedaba por llegar. Decidimos sacrificar a Knuckeldust para hacer un pequeño descanso. Tomar una birra sentados de vez en cuando se agradece.
Con las energías ya cargadas, accedimos de nuevo al recinto y No Turning Back entraban en escena. Los holandeses son una de las bandas de hardcore europeo más reconocidas a nivel internacional. Llevan desde 1997 dando caña y en Oviedo no fue para menos.
Presentaban su último trabajo, No Time To Waste, editado el pasado año, y la verdad es que no malgastaron su tiempo. Con un recinto mucho más lleno, Martijn Van Den Heuvel y los suyos repasaron estos más de veinte años de trayectoria que han dado fruto a nueve discos.
Temas como “Together”, “Stronger”, “Stand My Ground”, “Do you care?”, “Take your Guilt” o “Never Give Up”, entre otros, hicieron que los más hardcoretas del lugar loqueasen con sus patadas y puños voladores (karateka style).
El binomio banda hardcore con banda de metal extremo era una combinación explosiva, un cóctel que ha hecho que el Otero Brutal Fest haya conseguido llegar a ser uno de los festivales referencia del norte de la Península.
Tras la ración de hardcore, era el turno de cambiar las tornas hacia el metal extremo. Sin irnos de los Países Bajos, Sinister llegaban a Asturias para machacar nuestros cráneos.
Ni más ni menos que hasta 13 discos publicados por esta veterana banda de death metal, hacían que las expectativas hacia los holandeses fueran muy altas.
Syncretism (2017) era su nuevo álbum y el Otero era su primera parada europea, tras tocar en el prestigioso festival de metal extremo Maryland DeathFest.
La voz de Adrie Kloosterwaard, único miembro fundador de la banda, fue un auténtico torbellino, dándonos una gran lección de registros guturales sin dar síntomas de flojear ni en un instante. Pudimos regocijarnos con temas como “The Science of Prophecy”, “Sadistic Intent”, o la gran “The Grey Massacre”, entre muchos otros.
La música en directo paraba un instante para el cambio de grupo, pero el festival continuaba: las risas con los colegas, los mil y un chupitos, las visitas al merch, el modo Dios, los selfies haciendo cuernos… Y es que en el Otero Brutal Fest el buen ambiente y buenrollismo imperan por encima de todo. Un festival donde punkis, metaleros, hardcoretas y algún despistado o ávido de buscar nuevas vivencias comparten y disfrutan de esta magnífica experiencia (¿Os conté lo de los chupitos, no?).
Si al principio del artículo os hablaba de la maravillosa gastronomía asturiana que pudimos saborear, a nivel musical los platos fuertes de la jornada estaban por llegar. Dos grandes grupos con dos míticos vocalistas iban a salir a escena. En realidad, nos quedaban por ver tres grandes grupos; pero vayamos por orden:
Hablar de Slapshot es hacerlo de Jack “Choke” Kelly, sin lugar a dudas uno de los grandes nombres del Hardcore. Me vienen a la cabeza otros grandes protagonistas en este estilo como son Ian MacKaye, Vinnie Stigma, Roger Miret, Anthony Civarelli, los hermanos Koller (Pete y Lou), John Joseph McGowan, Billy Graziadei, Mike Muir, Freddy Madball y muchos más que me dejo en el tintero. Pues en esta prestigiosa lista, el bueno de “Choke” no puede faltar.
Uno de los pioneros del movimiento hardcore en Boston, su ciudad natal. Una auténtica leyenda al que tuvimos el placer de ver.
Uno de esos grupos que no necesitan un disco nuevo para girar, aunque llegaban a Oviedo con un nuevo trabajo bajo el brazo: Make America Hate Again (2018).
Es cierto que Mr. Kelly es el único miembro fundador del grupo y su carisma, presencia y portento hace que se note en el escenario; pero pudimos comprobar que aunque él sea la cabeza visible Slapshot, los nuevos miembros, el guitarrista Craig Silverman y el bajista Ryan Packer (que no lleven más de una década en el grupo) están acoplados perfectamente, tanto en lo musical como en lo actitudinal, funcionando de nuevo como una verdadera banda de hardcore con ese olor a antaño que tanto nos gusta.
Pudimos disfrutar de auténticos trallazos old school como “Back on the Map”, “Hang Up Your Boots”, “No Time Left”, “No Friend of Mine”, “Chip on My Shoulder” o “Step on It”, auténticas joyas del hardcore de los ochenta, que las entremezclaron con temas más noventeros y actuales como por ejemplo “Olde Tyme Hardcore”, “I Told You So” o “Remedy”, este último de su último disco Make America Hate Again.
Gran concierto de los de Massachusetts, que hicieron que no sólo los amantes del hardcore vibraran y estallaran de júbilo, ya que estoy seguro que muchos metaleros y despistados (alguno habría por allí) también lo hicieran.
De nuevo una parada, litrona, chupito (cruçaito mode on) y a seguir disfrutando del espectáculo. Había mucho que celebrar, ya que no todos los días ves a leyendas vivas de la música como Jack “Choke” Kelly y Lars Goran Petrov.
Pero la historia de Lars-Göran Petrov no es tan idílica como la de “Choke” con sus Slapshot. Desde que en 2014 Petrov tuviera problemas con el guitarrista Alex Hellid, Entombed se disolvía tras 27 años de historia. Por problemas legales, no se le permitió seguir con el nombre de la banda y de allí viene que le tuvieran que poner el A.D. para continuar como: Entombed A.D.
Pero Lars no emprendería sólo su nueva aventura, ya que se llevaría consigo al guitarrista Nico Elgstrand, al batería Olle Dahlstedt y al bajista Victor Brandt; todos ellos miembros de Entombed en aquel aciago 2014.
Resumiendo: Mr. Alex Hellid no quiso jugar más y se les llevó el balón. Pero lo que no contaba es que Lars, aunque no tuviera derecho a utilizar su nombre original, sí que tenía derecho a tocar los temas de su anterior grupo (La ley del metal).
Pero volvamos al festival: “Midas in Reverse”, tema que abre Dead Dawn, último disco de los Entombed A.D., fue el tema elegido para comenzar este fulgurante concierto.
Los suecos, desde la “segregación”, han publicado dos discos: el citado Dead Dawn (2016) y Back To The Front (2014) y para sus shows cuentan con la colaboración de Guilherme Miranda como segundo guitarrista (guitarra rítmica).
El quinteto escandinavo pasó por la capital asturiana como una auténtica apisonadora. La perfecta y acertada combinación de temas nuevos como “Second to None”, “Dead Dawn” o la citada “Midas in Reverse”, con temas míticos de Entombed como “Left Hand Path”, “Living Dead”, “Wolverine Blues” o “Rebel in Flesh”, hizo que el concierto fuera una verdadera locura. Headbanging, pits, cuernos, rugidos y bramidos varios… procedían de un respetable que se mostraba muy agradecido después de cada tema.
Lärs-Goran Petrov estaba en su salsa (seguramente sería una reducción de vodka, pero sin la reduccción), demostraba su carisma y agresividad, dejándolo absolut-amente todo sobre el escenario, como sus compañeros.
Todo un lujazo, poder ver a dos leyendas del death metal sueco en este evento como Grave y Entombed (aunque sea con el A.D.).
El festival iba llegando a su fin, pero todavía quedaba un grupo, se trataba de los ingleses Xentrix. Una banda que ha tenido una carrera muy intermitente, con continuos parones y continuos cambios de formación, de la cual sólo quedan de la formación original el guitarrista Kristian Havard y el batería Dennis Gasser.
Su rápido thrash metal fue un punto y final perfecto para el festival. Sus dos primeros discos, Shattered Existence (1989) y For Whose Advantage? (1990) llevaron todo el peso del setlist, pudiendo disfrutar de trallazos como: “Dark Enemy”, “For Whose Advantage?” o “No Compromise”, entre otros.
Gran fin de fiesta, aunque los Pelletiers somos incombustibles y todavía fuimos a visitar unos cuantos garitos heavies por la ciudad.
El Otero Brutal Fest nos dejó un gran sabor de boca, ya que acabamos con la sensación de haber vivido una gran experiencia. Un festival sin agobios, sin solapaciones, con precios populares, buen ambiente y buena gente, además de la comodidad y los servicios de una ciudad como Oviedo. Y encima cada año el cartel va creciendo y el festival mejorando y madurando.
Yo que tú reservaría las fechas para la próxima edición del Otero Brutal Fest; porque si vas, repetirás.
Nos vemos el año que viene, porque estoy seguro que tendremos una nueva edición.
Stay Pelletier.
Texto y Fotos: Santi Pelletier