
¡Ay de vosotros, miserables pecadores! ¡Willie Nile volvió a Pucela y vosotros no estabais allí! El pequeño neoyorquino, admirado por Springteen, Dylan y Lou Reed, “plagiado” por los Rolling Stones y profeta del ecumenismo roquero neoyorquino; el mismo que será beatificado por unir en comunión el rollete cantautor con la rabia de garaje, el gran superviviente de la epidemia punk de Nueva York, paseaba con soberbia militar sus 70 años de adolescencia y su telecaster de modales springteeneanos y alma Clash.




