Al fin se ha confirmado oficialmente el anuncio de las fechas de la esperadísima gira europea de Guns N Roses. El “Not In This Lifetime Tour” llegará a la Península Ibérica a través de 3 conciertos: el 30 de mayo en el nuevo San Mamés de Bilbao, el 2 de Junio en el Passeio Marítimo De Algés de Lisboa y el 4 de junio en el estadio Vicente Calderón de Madrid.
La banda californiana desembarcará en tierras hispánicas y lusas a finales de la próxima primavera, nada menos que 24 años después de su última visita a España; cuando daban los últimos coletazos antes de su traumática separación, al final del “Use Your Illusion World Tour”. Y es que ya ha llovido desde aquel mes de julio del 93….
Analizando lo que está siendo esta exitosa gira hasta ahora, podemos afirmar que los angelinos son hoy por hoy una banda que dista considerablemente de aquella que estaba en la cima del mundo cuando visitó nuestro país por última vez; distancia que a su vez se acentúa si la comparamos con el grupo que irrumpió como un ciclón a finales de los 80, rompiendo moldes, pasando como una apisonadora por encima del movimiento glam que imperaba en Los Angeles y poniendo patas arriba la escena hard-rock americana.
Algo totalmente lógico, por otro lado… Los miembros de la santísima trinidad formada por Axl Rose, Duff Mckagan y Slash sobrepasan ya las cincuenta “castañas” y, como suele ser normal, el carácter rebelde y la actitud irreverente propia de la efervescencia juvenil se va diluyendo con el paso de los años. Además, los excesos y el consumo masivo de sustancias que antaño iba tan ligado al nombre de Guns N’Roses y llegó a ser una de sus señas de identidad, es también historia desde hace tiempo; si bien es cierto que el abandono de la “mala vida” debería achacarse principalmente a una cuestión de mera supervivencia.
Slash hace ya años que no sale al escenario puesto hasta arriba de “caballo” y para Duff quedan también lejos los tiempos de ingesta descontrolada de vino y vodka y castigar su maltrecho tabique a base de polvo blanco; y es que basta con ojear sus respectivas biografías para darse cuenta de que ambos siguen vivos de puro milagro.
En cuanto a Axl, podemos apreciar a lo largo de lo que va de gira un notable cambio en su talante, tanto dentro como fuera de los escenarios. Poco parece quedar de aquel personaje psicótico, peleado con el mundo, que desafió a la industria y que hasta hace no mucho era sinónimo de controversia y polémica. A día de hoy, estamos ante un Axl aparentemente domesticado, que luce sonrisa de oreja a oreja e irradia cordialidad y amabilidad. En definitiva, un Axl feliz como probablemente nunca se ha visto y del que ya no se esperan sus clásicos “rants” a través del micro, fecándose públicamente en su enemigo de turno. (hasta ahora, un único atisbo de irreverencia en el concierto de México, a través de un gran muñeco/piñata de Donald Trump destrozado a palos en el escenario por miembros del público. Demasiado light para lo que nos tenía acostumbrado)
Desconocemos si el verde de los billetes habrá tenido en el vocalista el mismo efecto que el verde de la kriptonita tenía en Superman; pero, siendo realistas, es evidente que sin ese cambio de actitud seguramente esta reunión nunca se habría llevado a cabo. En este sentido, también sería de justicia reconocer que pocas son las bandas que no han ido atenuando su “rock n roll way of life” con el paso de los años. Por citar dos de los referentes más representativos para los Guns: los Stones hace mucho que echaron el freno en este sentido, como también lo han hecho Aerosmith.
Por descontado que esto no supone que necesariamente estemos ante un producto peor que aquel, ni mucho menos.
Los más nostálgicos echarán de menos a aquellos jóvenes forajidos, dispuestos a comerse el mundo, que se ganaron la denominación de “ la banda más peligrosa del planeta” por parte de los medios. Como contrapartida, tenemos a Axl, Slash y Duff centrados al 100%, lo cual unido al buen hacer del resto de una banda, que cumple a la perfección y sabe donde tiene que estar, nos da como resultado uno de los mejores shows que, sin lugar a dudas, se pueden ver a día de hoy.
En un hecho que se ha esfumado gran parte de aquel “factor riesgo” que hacía de Guns N’ Roses el grupo de rock más excitante de su época. Ir a un concierto de los Guns ya no supone jugar a la ruleta rusa como a principios de los 90, en la que si bien podías presenciar a la mejor banda del momento dando un recital para la historia, también podías irte a casa después de ver a un grupo con el piloto automático puesto, después de salir a escena con dos horas de retraso, si con algo de suerte no acababa en cancelación.
Aunque pueda sonar contraproducente, incluso masoquista, algunos pueden llegar a añorar aquel plus de peligrosidad e incertidumbre que, no nos engañemos, en su momento llegó a ser parte importante del magnetismo de la banda.
Tal vez se les pueda achacar que a esta gira le falte algo de espontaneidad, que haya un exceso de funcionalidad, que ya no se respire esa sensación de que cualquier cosa puede pasar…; pero es innegable que estamos ante unos Guns N Roses más profesionales, fiables y sobrios (en todos los sentidos) que nunca.
Con un directo cuidado al milímetro y marcado por un perfeccionismo que lo hace rozar la excelencia a todos los niveles, no es exagerado aventurarse a asegurar que la banda está sonando mejor de lo que jamás lo ha hecho.
Dicho todo esto, no son pocas las interrogantes en el aire que multiplican la ya de por sí gigantesca expectación que genera el regreso a Europa de uno de los grandes titanes de la historia del rock:
¿Incorporarán novedades al set-list respecto al repertorio fijo, más allá de los 4 o 5 temas que entran y salen, rotativamente, entre concierto y concierto??
Todo parece indicar que sí, a tenor de alguna foto filtrada de los ensayos, en la que se podía apreciar un listado con alguna que otra agradable sorpresa.
¿Podremos ver a Steven Adler a las baquetas??
Es posible, dada la emotiva respuesta del público, volcado de forma masiva con el entrañable batería en sus escasas apariciones en algunos shows en EEUU y, especialmente, en el más reciente, en Buenos Aires.
Los fans adoran al bueno de Steven (independientemente de que el estilo del actual baterista, Frank Ferrer, no acabe de cuajar del todo), tanto como él añora al grupo de su vida; basta con verlo tocar cualquier tema para apreciar que es la viva imagen personificada de la felicidad. Solo alguien que ama apasionadamente lo que hace puede llegar a conformarse con las migajas que le están ofreciendo y hacerse más de 8000 kilómetros para tocar un solo tema, en su última actuación.
¿Se dejará ver por fin el gran Izzy Stradlin en el escenario junto a sus ex compañeros??
Se antoja harto complicado, a día de hoy, a no ser que cambien bastante las cosas entre el místico guitarrista y la banda de la que fue fundador; pero quién sabe….
¿Se sacarán de la manga algún invitado especial, como solían hacer??
No es descartable. Ya pudimos ver a Angus Young en el festival Coachella y a Sebastian Bach en Las Vegas. Teniendo en cuanta que la dupla Steven Tyler – Joe Perry (que ya fueron “Special guest” de los Guns en el pasado) también estará éste verano por el viejo continente con Aerosmith, veremos…
Podríamos seguir desgranando los innumerables reclamos de una de las gira más esperadas de lo que llevamos de siglo, pero basta con darse cuenta de que 24 años de espera han sido demasiados y que cualquier seguidor sabe que, tratándose de Guns N’ Roses, siempre estará latente la posibilidad de presenciar algo histórico que quede para siempre en los ANALES del rock.
Además, hoy por hoy es una incógnita saber lo que habrá después de todo esto. Quizás nos sorprendan con nuevo disco (crucemos los dedos), o quizás nos espere la nada. La posibilidad de que estemos ante la última ocasión de presenciar un evento de tal magnitud está presente y es por eso, que no sorprendan los desorbitados precios de algunas de las entradas, según qué ubicaciones y ciudades:
Dejando al margen las localidades VIP (vaporhub), que rozan precios obscenos y se presentan prácticamente inalcanzables económicamente para gente de a pie, en Madrid tendríamos las entradas en grada oscilando entre 55€ y 105€ dependiendo de la zona, a los que habría que sumarle suplemento y gastos.
Ya en pista, en la zona acotada más próxima al escenario denominada “Golden Circle”, el precio se dispara a los 160€, más 21€ entre suplemento y gastos.
En pista “normal”, los 75€ más gastos se presentan a priori como un precio más que razonable; pero ya advertimos de antemano, que los que se sitúen en esta zona probablemente no les quedará otra que seguir el concierto a través de las pantallas, dada la gran distancia a la que estarán del escenario. Así pues, el que quiera ver de cerca los michelines de Axl, no le quedará otra que rascarse el bolsillo.
En cuanto al concierto de Bilbao, alguno de los precios todavía asciende ligeramente respecto al del Calderón: en pista serán 95 más gastos, y en grada la más barata se iría a los 60€.
Como era de esperar, en Lisboa se reducen sensiblemente estas cifras: 129€ en Golden Circle y 69€ en pista a los que sumar los gastos. Ya a nadie le sorprende que España vaya siempre por delante cuando de “sablear” al consumidor de cultura se trata. En fin…. Menos mal que nos queda Portugal!! (Siniestro dixit)
Los miembros del club de fans oficial, “Nightrain”, ya tienen acceso a la compra de tickets; para el resto de los mortales, la encarnizada lucha por una entrada comenzará este viernes, aunque ya habrá pre-venta en Live Nation el jueves.
En cualquier caso, independientemente de la ciudad y sus correspondientes precios, desde Pelletier Horror estamos seguros de que el esfuerzo económico valdrá la pena. Los más escépticos podrán ver esta gira como un mero ejercicio de nostalgia con pretensiones puramente económicas, pero es innegable que la oportunidad se presenta como única y puede que irrepetible. De esas que no conviene dejar escapar.
STAY PELLETIER
@PelletierHorror