A veces, las bandas en di-recto montan espectáculos increíbles que a la mayoría nos tocan los huevos sobremanera. Esto es porque esta forma de actuar se vanalizó, florecieron miles de bandas que tapaban sus pocas virtudes para la música con espectáculo, orquestas (De Galicia), fuego y artificio, después de años sin sacar un disco.. .etc etc…
Pero en los años 80 las cosas no eran así… Las bandas de Glam Metal se llevaban la palma en lo tocante a espectáculo, pero siempre aderezado con una buena dosis de riffs y de voces que nos tocaban la patata, haciendo que una alegría pícara recorriera nuestros cuerpos.
Con claras influencias de bandas como Journey, Mötley Crue o Poison, nacen los angelinos Steel Panther. Desde el principio, dan muestras de que ese es el camino que van a seguir, con letras que suelen hablar de sexo y/o insultar pícaramente (al más puro estilo Pelletier) a los grupos de Pop y las cadenas de radio que ponen ese estilo musical.
El caso es que Michael Starr y sus secuaces acaban de publicar un disco. Su nombre, ‘Lower the bar’ ( no lo prueban, los señoritos….).
Vamos a destripar un poco dicho larga duración…
Goin’ in the Backdoor es el tema presentación y, como viene siendo habitual en sus discos, la banda comienza con un corte potente, con Satchel arrancando un sin fin de notas salvajes de su guitarra. Un buen solo a mitad del tema y los primeros gritos de Starr te pondrán los pelos de punta a partir del minuto dos.
Decir que el tema en cuestión habla de nuestra querida “La casita de Tomás” y, para más vicio, habla de compartirla con sus chicos, que no son otros que sus músicos Satchel, Stix y Lexxi.
Atención al recadito del final del tema. No os lo desvelo para que tengáis que escucharlo… (Ja ja)
Las guitarras de Satchel vuelven a ser protagonistas al comienzo del primer single del disco, Anything goes; pero, según el tema discurre, la voz de Starr cobra todo el protagonismo, con un estribillo muy pegadizo. Todo vale!! Todo Vale!! Reza el tema… Llevadlo a un tema sexual y tendréis la letra del corte, con puyita a Charlie Sheen y a su ligero problema de SIDA incluída.
Constantes cambios de ritmo, mucho más de lo que suele ser habitual en Steel Panther, un Stixx impecable a los parches y sobre todo los múltiples registros de Michael hacen de Poontang Boomerang un corte que rápidamente se nos clava en el cerebro. La canción tiene todos los elementos del glam más clásico: letra sencilla, directa y un estribillo enormemente pegadizo y fácil de recordar.
La primera balada del disco se llama That’s When You Come In y la verdad, no aporta nada nuevo. Típica balada muy años 80 que no disgusta a nadie pero que tampoco nadie recordará con el paso de los años. Exaltación de la añorada mujer de la que nos hemos aburrido al tercer día de haberla conseguido… Long Live Rock´Roll…
Wrong Side of the Tracks (Out in Beverlly Hills) nos devuelve la marcha al cuerpo con la mejor parte instrumental hasta el momento. Las guitarras de Satchel brillan a un gran nivel y el bajo de Lexxi Foxx se hace notar, dándole al tema una redondez increíble. Me gusta.
Con Now the fun starts la banda intenta sacarse de la chistera un tema distinto, con unas guitarras mucho más pesadas, un ritmo más lento y, bajo mi humilde opinión, es una buena idea. Sacar un tema así y desclasificarse un poco; pero, desgraciadamente, la letra se me antoja repetitiva en demasía y el resultado final del corte no me convence… Otra vez será, chicos!!!
Los riffs más potentes del disco llegan en un corte cuyo título es una clara declaración de intenciones, Pussy Ain’t Free gustará a todos los fans ya que, aunque no aporta nada demasiado nuevo, sí posee un sonido potente que nos hará elevar los puños al cielo al grito de “Pussy Ain´t Free!”.
Llega el octavo corte y segunda balada del Lp, en este caso de desamor. Wasted Too Much Time sirve a Starr para volver a lucirse cantando a un nivel que raya el level Dios, bien acompañado por sus huestes. Los parches sonando al ritmo cansino que la ocasión requiere y unas guitarras que consiguen por momentos ese sonido envolvente que toda buena balada debe tener. Vamos!!! Ese momento en el que los fans de las baladas de Scorpions se creen metaleros!!
Con un bajo omnipresente comienza el siguiente corte. Un tema muy ochentero, con una buena dosis de teclados y una calidad vocal muy alta. Tema rabioso, con gritos que hacen un guiño a los grandes frontman de hace tres décadas. Seguramente, uno de mis temas preferidos del disco. “Tengo lo que necesitas nena, cinco pulgadas y media de amor”. Sublime, Martín Pelletier dixit.
Walk of Shame cumple aceptablemente y, aunque no aporta nada nuevo, sirve para introducirnos en el último corte del disco, She´s Tight, un cover del clásico de Cheap Trick.
En definitiva, el disco me gustó bastante, aunque a veces resulte un poco repetitivo. Me recordó mucho a grandes bandas de los 80 y, aunque creo que no pasará a los ANALES de la Historia, estoy seguro de que gustará.
STAY PELLETIER
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