Un año más, llegaba una de las citas más esperadas para la Pelletier Family: nuestro querido Resurrection Fest Estrella Galicia. Viveiro acogía durante toda la semana el mayor festival de hardcore, metal y punk de la Península. Esta XII edición sería la más grande en cuanto cartel, espacio e importancia y un evento así merecía una fiesta de calentamiento en condiciones.
Y eso que el lunes y el martes los que ya estaban por allí ya pudieron disfrutar de conciertos gratuitos por la ciudad…
MIÉRCOLES 5 DE JULIO
Los pelletiers estamos acostumbrados a viajar durante horas para disfrutar de buenos conciertos (Lisboa, Clissôn, Copenhage, Dessel, Donington Park, etc…), pero esta vez estábamos en casa y los apenas quince kilómetros que teníamos que recorrer no fueron tan fáciles como esperábamos.
Como es costumbre desde hace unos años, la Benemérita realiza un control rutinario por “nuestra seguridad”. Que raro que “aleatoriamente” solo paren a jóvenes con ropajes y estética desmarcada de los cánones impuestos por la sociedad (y eso que las camis heavys están de modita). Entraríamos en el eterno debate de seguridad versus libertad, pero no vamos a ahondar más en esos terrenos de la mor-daza, por lo menos de momento.
Este hecho hizo que multitud de festivaliers llegaran a Celeiro más tarde de lo programado; como nos ocurrió a nosotros, perdiéndonos así a Parazit. Una pena no poder disfrutar del grupo progresivo mexicano.
Nada más entrar en el festi y después de saludar a multitud de amigos (los pelletiers somos buena gente y se nos tiene cariño), nos dimos cuenta de que este año el recinto había sido ampliado y mejorado con respecto al del año anterior. La inclusión de un nuevo escenario, el Desert Stage, la ampliación de la zona de hostelería y del Resucamp, las esculturas que decoraban el festival, etc. Todo hacía presagiar que iba a ser un gran fin de semana.
Los conciertos se realizaron en el Ritual Stage, estando la zona del Main Stage y Chaos Stage cerrada. Tendríamos que esperar un día más para deleitarnos con toda la excelsitud del recinto.
La fiesta de bienvenida no había hecho más que comenzar y una multitud de festivaliers ya se agolpaban bajo la enorme carpa del Ritual para ver a Aphonnic. Era la tercera vez que actuaban el Resu (2010, 1015 y 2017) y desde el primer momento se sintieron como en su propia casa.
Los vigueses basaron prácticamente casi todo su set list en su último álbum , “Indomables”. Canciones como “Osos color Salmón” o “Mi capitan” llevaron en volandas a un público que ya llenaba el Ritual.
Pudimos comprobar el gran estado de forma el grupo olívico, como demostraran días antes en Zamora, en el festival Z Alive. Destacamos la impresionante interpretación de Ombligos, con el público cantando al unísono y un final con Fruta Fresca que nos dejó con los pelos de punta; donde Chechu bajó del escenario para cantar y protestar por esa tremenda masacre que hizo el ejército israelí (“Sois mierda debajo de mis uñas”).
Al finalizar el concierto, aprovechamos para ir a la barra, una tarea que fue complicándose a medida que pasaba la jornada (quizás el punto negativo del día).
Seguramente, para el año que viene la organización enmendará este error. Quizás una Warm-Up Party con dos escenarios y más barras puede ser una solución. Nosotros aportamos esta sugerencia. Si se te ocurre alguna más, seguro que la organización estará encantado de escucharte (contact@resurrectionfest.es).
El hecho de que solo hubiera un escenario hacía que el tiempo entre grupo y grupo lo aprovecharas para ver los stands de merch, ir a refrigerarte o degustar multitud de comida (de todos los festis que he ido y no han sido pocos, el Resurrection Fest es el que mejor oferta gastronómica tiene, por cantidad y calidad. Puedes comer desde un pulpo á feira hasta un menú vegano).
La verdad es que, con tantas cosas que hacer, el tiempo de espera para el concierto de We Ride se nos hizo corto. Venidos también desde Vigo, esta formación de hardcore hizo que se viviesen momentos como los de antaño, puesto que los hardcoretas ocuparon las primeras filas para demostrar su estilo con su pataditas (karate style) y sus bailes (chicken style).
We Ride venían de nuevo a Celeiro, tras su actuación en la edición de 2013, para presentarnos su tercer y último disco, “Empowering Life”, editado por el sello estadounidense Victory Records. Continuos pits se formaron desde el primer momento, con el potente sonido de los gallegos, y no solo la carpa estaba a rebosar, ya que los aledaños de la misma estaban también hasta la bandera.
Mimi, la vocalista del grupo, demostró que es un auténtico torbellino sobre las tablas, al igual que sus compañeros, y pudimos disfrutar de grandes temas como: Self Made, Stay Gold o Do it All Again. La maquinaria del Resurrection Fest empezaba a carburar.
La multitud de festivaliers que se agrupaban ya a última hora de la tarde nos sorprendió gratamente. El cartel de “entradas Warm Up Party agotadas” estaba a punto de colgarse y no era para menos, ya que los 8 euros de la entrada eran un precio muy asequible. La parte negativa es que el problema de espera de las barras se iba acrecentando (nada grave, pero la paciencia de algunos se agota pronto; no en nuestro caso).
Llegaba la hora de Here Comes The Kraken. Los mexicanos, tras su cancelación de 2012, eran uno de los grupos más esperados de la jornada. Envueltos en una extensa gira por Europa, llegaban con muchas ganas al festival mariñano. Y así fue, porque el Deathcore de los de Aguascalientes sonó atronador.
Su vocalista, Jose “Tts”, fue un perfecto maestro de ceremonias. No solo demostró todo su poderío vocal con sus guturales y su “pig squeal”, si no que fue un auténtico frontman, muy agradecido en todo momento con el público; bromeando incluso con el grito que suelen hacer los mexicanos a los porteros, cuando van al fútbol: “Eeeeeeeeeeehhhhhhh putooooooooo!!!”. Y claro… La peña, encantada, no dudó en seguirle el juego.
Con dos álbumes en su haber, aunque en 2013 volvieron a grabar su primer disco homónimo, y con continuos cambios en su formación, parece que se han consolidado, o al menos eso es lo que nos pareció. Un sonido contundente, con Tore González a la guitarra y una base rítmica por parte de José al bajo y Deivis a la batería (este animal sobrepasa los 1000 beats por minuto fijo) que literalmente nos ametrallaba. Gran concierto, en el que temas como Don´t Fail Me Darko, MaryAshes o Aguascalientes (Dead Home City) fueron de los más aclamados por el respetable.
La tarde iba cayendo con los últimos rayos del sol y era un buen momento de pasar por el Circle Meat, para fagocitar algo. CJ. Ramone no me parecía interesante y decidí verlo desde lejos. El que fuera bajista de los Ramones desde la marcha de Dee Dee Ramone en 1989, llegaba a Celeiro rodeado de un joven grupo. Basó su concierto, como era de esperar, en un setlist con una amplia mayoría de temas de los Ramones, combinándolos con algunos temas de su último álbum, American Beauty.
La verdad es que nunca fui un gran seguidor de los Ramones y no sería muy objetivo juzgar un concierto que, en mi humilde opinión, me pareció bastante flojo; sobretodo después de haber escuchado un buen concierto de DeathCore y sabiendo que nos quedaban dos auténticos grupazos aún por delante. Aun así, se pudo ver a la peña disfrutar con grandes y míticos temas como Blitzkrieg Bop o I Wanna Be Sedated, entre muchos otros.
Tras acabar el grupo de versiones de los Ramones…, digo…, CJ Ramone…, la expectación para el concierto de Soziedad Alkoholika fue máxima. Un recinto a reventar esperaba el comienzo de los gasteiztarras, que se demoró unos minutos más de lo previsto.
A día de hoy ya he perdido la cuenta de cuantas veces he visto a S.A. en directo (diez, quince o quizás veinte…), aunque en ese momento me daba igual. Me acerqué a las primeras filas para intentar sacar alguna foto, bajo el riesgo que implica estar delante de todo, porque los que hemos vivido un concierto de S.A. sabemos lo que va a pasar. Y así fue… Desde las primeras notas, la locura se desató, como de costumbre. Alineado y Causas Podridas, de su último disco, “Sistema Antisocial”, fueron las canciones elegidas para abrir el bolo.
Desde el primer momento, un gigantesco pogo se adueñó de un Ritual Stage que estaba, como os podéis imaginar, hasta la bandera. Los casi treinta años sobre los escenarios del grupo vasco hacen que su sonido en directo haya evolucionado de una manera atronadora. Política del Miedo (echamos de menos a Doble V) y Sistema Antisocial dieron paso a los temas más clásicos de la banda. ¿Estás Preparado?
Palomas y Buitres, No Kiero Participar, Cienzia Asesina… ¿Cómo te quedas después de todo eso?… Pues espera, que aún siguieron: Contra la Agresión Castración, Ratas, La Aventura del Saber. S.A. no nos daba ni un respiro. Caía un temazo tras otro y la locura de la gente se intensificaba. Lo de guardar fuerzas el primer día se nos había olvidado por completo.
El concierto llegaba a su recta final y un Juan y toda la banda con caras de satisfacción por la gran respuesta del público siguieron ametrallándolos con Piedra Contra Tijera, Cuando Nada Vale Nada o S.H.A.K.T.A.L.E., para acabar con el clásico Nos Vimos en Berlín (“Noooooooooooooooooééé…”)
Sin duda, uno de los mejores conciertos de todo el festival. Soziedad Alkohólika siguen teniendo el mejor puto directo nacional y lo volvieron a demostrar en Viveiro. No nos cansaremos nunca de verlos y tenemos que estar de enhorabuena por tenerlos habitualmente por nuestros lares, porque es un verdadero lujo disfrutar de un grupazo como este.
Aún quedaba el plato fuerte de la jornada. Sepultura cerrarían una fiesta de calentamiento que ya quisieran muchos festivales como line up.
Los brasileños, que visitaban por primera vez el festival mariñano, dejaban desde el primer momento muy claras sus intenciones: I Am the Enemy y Phantom Self, para mí las mejores canciones de su último disco, “Machine Messiah”, abrieron un show con un ambiente más que caldeado.
Derrick Green imponía con su presencia en el escenario. Son ya más de veinte años en la banda y parece que la figura de Max Cavalera ya se ha ido olvidando (sobretodo después de su floja actuación con Soulfy en el Resu de 2015).
El concierto transcurrió con Kairos y Desperate Cry, primer gran clásico de la noche. Andreas Kisser nos dejaba hipnotizados con su forma de tocar la guitarra. Mientras, Paulo Jr. y Eloy Casagrande sostenían los enormes cimientos de la base rítmica.
Quizás el concierto entró en una dinámica un tanto fría, ya que seguían tocando temas de su último álbum, como Sworn Oath, Iceberg Dances y Resistant Parasites. Sin ser malos temas, los fans de Sepultura esperábamos un poco más de old school, como así hicieron con Inner Self, del “Roots”. A lo mejor, haber intercalado más temas viejos con nuevos, hubiese sido más acertado.
Pero esa sensación se disipó por completo cuando sonaron los primeros acordes del Territory. Sabíamos que en la recta final quedaba una auténtica traca y los clásicos por fin volvieron: Refuse/Resist, dio paso a la batucada de Ratamahatta y Roots Bloody Roots puso el punto final a un concierto en el que, en mi opinión, el set list no fue el más acertado para un festival. Ya sabemos que si estás en medio de una gira de presentación es difícil cambiarlo, pero un grupo como Sepultura debería adaptarse a eventos como este. De todas formas, la sensación que tuvimos al acabar el concierto fue bastante buena.
Vivimos una gran jornada de Warm-up Party y, como buenos veteranos en estas lides, decidimos tomárnoslo con calma y volver a nuestros respectivos hogares. Ya habría tiempo de liarla durante el largo fin de semana que nos esperaba.
Pero eso lo contaremos en la siguiente entrega…
Stay Pelletier
Fotos: Xaime Pelletier y Santi Pelletier
Texto: Santi Pelletier