Un Pelletier también viaja, también ve bandas de fuera de nuestras fronteras: Hellfest, el Copenhell, Madrid, Barcelona o nuestra querida Lisboa son algunas de las ciudades que tienen que sufrir, año tras año, nuestra pasión desmedida por la buena música y la cerveza de barril.
En este 2017, un servidor ha tenido el placer de disfrutar de singulares placeres en forma de directos internacionales y he aquí me hallo, con la intención de contaros alguna que otra cosa, intentando no aburriros.
Comenzaré hablando de SLAYER, integrantes del Big Four, una de las bandas más míticas del thrash y que fue para mí el estreno en la Sala Pelícano de A Coruña.
La gira en la que estaban envueltos se llamaba Repentless y, a juzgar por como sonaron esas guitarras, está claro que no se arrepienten de nada y que siguen y seguirán en el candelero, con su característico y SUCIO sonido; sin caer en estereotipos propios de otras bandas del género (y sí, hablo de Metallica).
Tom Araya y, sobre todo, Kerry King se comieron el escenario en una sala con un equipo de sonido que me sorprendió mucho y a la que no he tenido el placer de volver.
Aquí os dejo el enlace a la crónica, hecha en su día, del evento, en el cual contaban como teloneros con los también thrashers Ángelus Apátrida https://pelletierhorror.com/2017/06/10/slayer-revienta-coruna-again/ , por si le queréis echar un vistazo.
Comentaré que un mes después los volví a ver en el idolatrado Hellfest, cerrando el último día, y la banda no estuvo al mismo nivel; con un show mucho más corto y mostrándose más desganados, como si se quisieran mimetizar con el estado de ánimo de los presentes, después de tres días de fiesta.
Después de la ración de thrash (es justo y necesario), cambiamos de estilo, porque otro de los grandes shows se daba en este gran festival. Con Tom Morello de maestro de ceremonias, todos los Rage Against The Machine, excepto Zack de la Rocha, volvían a los escenarios, acompañados de Chuck D. y DJ Lord (Public Enemy) y B-Real (Cypress Hill), bajo el nombre de Prophets of Rage.
Vaya animalada ver a Tom Morello tocando de nuevo temas tan míticos como Testify, Bulls on Parade o el icónico Killing In The Name… Me quedo sin palabras.
Pude ver a una banda tan comprometida como lo han sido sus cenizas, muy en forma y con ganas de hacerse un sitio en la historia de la música revolucionaria y, más en concreto, un sitio entre los mejores, en cuanto a directos se refiere.
Entre ratos de buen hip-hop y los temas de nuestros idolatrados RATM tuvieron tiempo para presentar un adelanto de su disco, que salió a la luz el pasado 15 de septiembre, y a cuyo lanzamiento seguirá una gira por medio mundo. No te lo pierdas, insensato!!!.
En un escenario mucho más pequeño y para unos pocos elegidos se dio otro de los bolos a los que tuve el placer de ass-istir. Los primeros acordes me sorprendieron sentado en la hierba de The Altar, con mi pichet y buena compañía, pero aún a pesar del cansancio acumulado, los primeros baquetazos de Rapacchietti me sacaron de mi estado de modorra.
Coroner, banda de Zúrich muy poco pródiga, se subía las tablas y, la verdad, la reunión de Tommy T Baron y Ron Royce había dado mucho que hablar entre los sibaritas y entendidos del mundillo. Personalmente, era la primera vez que tenía la suerte de ponerme delante de la precisa maquinaria de los suízos.
Desde el comienzo del bolo demostraron por que son una banda de culto, con un Royce en plena forma y Rapacchietti y Trigger totalmente integrados en la banda; sobretodo el italiano, que ha entendido perfectamente donde se ha tenido que sentar y se saca unos cambios de tempo que no sé como no se rompe las muñecas, con tanta agógica.
Poca luz, escenario minimalista y Baron a las seis cuerdas… Todo es posible y lo fue!!! Riffs increíbles, solos “como para unha boda “ y todo el Altar atónito, mientras el virtuoso guitarrista acariciaba las cuerdas sin despeinarse. Uno de esos momentos en los que te sientes pequeño, en los que piensas que tu vida es vulgar y que la Historia solo la escriben unos cuantos.
Estamos de enhorabuena con el regreso de esta banda y no me cabe duda de que el tiempo los pondrá en el sitio que siempre merecieron y siempre se les negó.
Crónica del bolo, para los que sientan un poco de curiosidad https://pelletierhorror.com/2017/08/25/hellfest-2017-dia-3/
Me cambio un rato de festival grande para hablaros de otro de los momentos cumbre de este ver-ano, esta vez en el Resurrection Fest.
Al Chaos Stage se subían los Death Metaleros Obituary y allí me acerqué, después de ver un espectáculo bastante bochornoso. Pero bueno… De eso hablaré más adelante…
Lo cierto es que, mientras esperaba a que los hermanos Tardy saltaran a las tablas, con la birra en la mano, pensaba en cuan distintas son las bandas de metal. Barroquismo, lucerío por doquier, fuego, explosiones…, en contraposición a, muchas otras veces, atrezzo escueto, muy poca luminosidad, densa niebla y sonidos provenientes de los sitios más recónditos del infierno.
Esta atmósfera es la que eligieron los estadounidenses para su show, tal y como nos tienen acostumbrados, y no sé por que, pero desde el primer redoble de los parches de Donald Tardy supe que el di-recto me iba a gustar. Para cuando John Tardy salió al escenario, ya el sonido envolvente y pesado desenvuelto por sus compañeros se había apoderado de todo Celeiro.
Find The Arise o Words of Evil sonaron por segunda vez en Viveiro, ya que lo habían hecho por primera vez en 2014; pero, junto a las míticas de la banda, los hermanos Tardy y sus esbirros ejecutaron a la perfección y en gran comunión con el respetable temas como Ten Thousand Ways to Die o Sentence Day, de su último y homónimo larga duración.
Como ya he dicho, el público no paraba de moverse: headbanging como si no hubiera un mañana, pogos en cada uno de los temas, explosiones de júbilo y rienda suelta a toda la rabia contenida que, momentos antes, nos había causado el concierto de Sabaton, Sabaton… Sabaton, Sabaton… (léase tal y como mis amigos disfruta-meneítos y mayonesas cantan.. Panorama… oé, Panorama… oé).
Un tanque en el escenario, luces blancas, gafas de sol y ropa militar… Muchos, muchos watios y muy poco sentido de la vergüenza.
Eso es lo que esta gente se debe pensar que es una banda de metal y, bueno…; lo cierto es que, como en este mundo también hay mucho posturitas, el binomio resultante no tiene fisuras.
Miles de cefas mirando al escenario, donde Sabaton colocan una pantalla grande para que veas sus vídeos, y ahí se acaba lo bueno. Diez minutos después de ver la puesta en escena, lo mejor que puedes hacer es irte a por una cerveza y ver desde la lejanía como miles de personas ven un bolo de metal como si estuvieran en el cine, con sus tocamientos incluidos. En mi caso, no fue suficiente y está entre lo peor que he tenido que sufrir en 2017.
Crónica del tercer día de Resurrection Fest aquí https://pelletierhorror.com/2017/09/09/resurrection-fest-2017-dia-3/
Aún a riesgo de que me hayáis mandado a la mierda después del segundo párrafo, he dejado el que tal vez fue el mejor di-recto en sala pequeña del año para este momento. Y es que la música no está reñida con el espectáculo. Una puesta en escena bonita, acorde a lo que tocas y cantas es mucho de agradecer en un show y, en este caso, están los lusitanos Moonspell.
Fernando Ribeiro y sus lacayos acaban de sacar un disco dedicado al terremoto que sacudió Lisboa en 1755 y, para su bolo en la Malatesta, ambientaron el escenario, sus ropajes y su forma de moverse en esa época de destrucción y muerte. Máscaras contra la peste, casacas, candiles…; todo te transportaba al siglo XVIII y eso, unido al gran momento que atraviesa la banda musicalmente, consiguió que ese bolo quedara marcado en mi retina hasta que la muerte nos separe.
Tocando el 1755 (nombre del Lp que se presentaba ese día y que es un DISCAZO) completo y acabando con sus temas más míticos, nuestros hermanos lusos hicieron vibrar a todo el respetable que abarrotaba la sala.
Podría hablar un mes de este bolo, pero será a otra hora y en otro lugar…
Sin salir de la oscuridad musical, pero a una hora temprana, en mitad de la tarde del Val De Moine, se presentaba ante miles de engendros Devin Townsend. Sin aspavientos, sin lugar a excentricidades ni a cosas raras y visuales, el canadiense descargó todo su arsenal de estilos que engloban Black Metal, metal Industrial, Progresivo, etc, sobre la legión de seguidores que se agolpaba enfrente al Main Stage, sabedores de que este sería el auténtico protagonista de la jornada del viernes. Su virtuosismo con la guitarra, una voz más que solvente y un derroche de agresividad y ferocidad llegaron para que el show se quedara grabado en mi mente “Parasiempre” (Héroes del Silencio dixit). Desde el primer tema, el ya mítico Rejoice, la banda enseñó sus bazas (el bolo solo contó con ocho temas, debido a la larga duración de los mismos) y, durante los cincuenta minutos siguientes, sus sonidos pesados se adueñaron de todo, llegando al zenit con Supercrush!, March of the Poozers, Kingdom y, como no, Higher, de su álbum ‘Trascendence’, el último hasta la fecha.
Aquí os dejo un enlace en el que podéis ver el bolo en su totalidad, por si alguno no me cree… https://www.youtube.com/watch?v=oc7ae-4KtSE
Aunque dejándome muchas cosas en el tintero, os dejo en paz…(por ahora), por aquello de que la vida es muy bonita y ofrece un gran elenco de cosas, lugares y personas que probar.
El deber me reclama…
STAY PELLETIER y, como no, saludadme siempre…
@PelletierHorror
@redgra