Cuando nos enterábamos allá por el mes de diciembre del año pasado, de que el Hellfest acogería en su recinto, un día antes de su celebración, al Knotfest, los Pelletiers nos pusimos manos a la obra para preparar la expedición hellfestera más larga hasta la fecha (4 días de festival seguidos y 6 fuera de casa).
Este año optamos por hacer el viaje de ida en dos etapas y decidimos hacer noche en la fantástica ciudad de Irún. Un poco de turismo, unas cervezas y a descansar.
Esta buena planificación hizo que llegáramos a Clisson a primera hora de la tarde del pasado miércoles 19 de junio, sin agobios, sin tráfico en la entrada, sin problemas para aparcar, y con tiempo para acampar e ir a visitar este hermoso pueblo, incluido nuestro querido galpón (un antiguo mercado medieval del siglo XV), donde disfrutamos de unas birras mientras veíamos a un par de grupos locales.

Castillo de Clisson s.XIII
KNOTFEST (JUEVES 20 DE JUNIO)
Después de una noche en la que se nos fue un poco de las manos (el licor café y el Jägermeister tuvieron buena culpa), la expedición Pelletier amaneció resacosa, pero con ganas de disfrutar de un evento único, ya que sería la primera vez que se celebraría el Knotfest en Europa.
Tras nuestra obligada visita al Leclerc, y ya con nuestras obligaciones higiénicas realizadas, tuvimos tiempo para comer tranquilamente, ya que las puertas de la catedral abrían a las 5 de la tarde.
Media hora más tarde comenzaría el primer grupo, ni más ni menos que los neoyorquinos SICK OF IT ALL.
Justo hacía dos meses que los habíamos visto en A Coruña, en la gira de su nuevo disco Wake the Sleeping Dragon!, pero esta era una buena oportunidad para verlos en un gran escenario.
El hardcore de los americanos fue una buena forma de empezar la jornada. Con un set list muy acertado, mezclaron viejos clásicos como: “Us vs. Them”, “Injustice System”, “Good Lookin’ Out” o “Busted”, entre otros, con temas nuevos y de sus últimos años como: “Take the Night Off”, “Machete”, “That Crazy White Boy Shit” o “The Snake (Break Free)”.
Los americanos demostraron tener una segunda o tercera juventud, ya que nos brindaron un ritmo frenético durante todo el concierto, sin parar de moverse, saltar y animar a un público que tenía ganas de guerra, como así demostraron en los primeros pits.
El hecho de que utilizaran los dos Mainstages hizo que el ritmo de los conciertos fluyera de forma incesante, a penas cinco minutos entre uno y otro. Lo que hacía que nos quedara poco tiempo para aburrirse, si es que te puedes aburrir en un sitio así.
Si el Mainstage 1 estaba reservado para los grupos norteamericanos el Mainstage 2 sería para los grupos europeos (era una especie de Ryder Cup metalera). Si fuese una competición el primer punto sería claramente para Sick Of It All, porque los escandinavos Amaranthe realizaron un show aburrido, insulso y bastante mediocre. He de reconocer que no soy un gran fan de esta banda, pero el circo que montan sus tres cantantes, en ocasiones me recuerda a las orquestas de pueblo, pero con menos espectáculo.
Su show en muchos momentos rozaba lo esperpéntico, con unas melodías de órgano facilonas, una música cargada de samplers y un sonido que dejaba bastante que desear. Ni la cantante Elize Ryd nos engatusó con su voz. Tal vez al público que le gusta Eurovisión y esas mierdas, le pueda gustar, pero a nosotros no.
Descubrimos que temas como “Helix”, “The Nexus” o “Drop Dead Cynical”, entre otros, siguen siendo igual de malos en directo. Lo siento si eres fan, pero no puedo con ellos.
Ministry sería el siguiente grupo en salir a la “palestra”, para mi otro de los grandes errores del festival (porque lo de Amaranthe fue una broma de muy mal gusto), no por los propios Ministry, si no por el horario de su actuación. Aunque, por desgracia, nos estamos malacostumbrando a ver a Al Jourgensen y compañía a plena luz del día.
El metal industrial de los norteamericanos quedaba muy pobre bajo un sol que, en aquel momento de la tarde, anticipaba la oleada de calor que se nos vendría encima ese mismo fin de semana. Aún así, temas como: “Stigmata”, “Just One Fix”, “Jesus Built My Hotrod” o “Thieves” nos animaron e hicieron “sacar a pasear” nuestros primeros headbangings.
No nos podíamos quejar del sonido, bueno, en Amaranthe sí. Está claro que en estos macrofestivales a medida que te alejas, el sonido pierde calidad, pero en el Val de Moine puedes seguir y escuchar los conciertos perfectamente desde una gran distancia, debido a sus grandes pantallas y diferentes torres de altavoces dispuestas de manera estratégica.
Aunque los festivaliers que eligieron ver el concierto de Behemoth más cerca no se lo olvidarán en mucho tiempo.
Ataviados con unas capuchas negras, los polacos comenzaron un show cargado de fuego, satanismo y blasfemia.
Tras la intro de “Wolves ov Syberia”, los polacos salieron a arrasar el festival. Bocanadas de fuego salían de las entrañas del mismísimo infierno y Nergal, con su mitra satánica, invocaba a todos los demonios habidos y por haber en “Ora Pronobis Lucifer”.
“Bartzabel”, también del último disco I Loved You at Your Darkest, confirmaba el enorme concierto que estaban dando, destacando a un Robert Promiński que estaba inconmensurable a la batería, ya que su técnica y rapidez nos deleitaban una vez más.
Clásicos como “Conquer All”, “Blow Your Trumpets Gabriel” o “Chant for Eschaton 2000” enloquecían a la peña. Ahora sí que el Festival del Infierno daba la bienvenida al Knotfest con esta ofrenda en forma de concierto de Behemoth.
Una vez más la luz del sol empañaba este gran recital ya que, por la noche todo se hubiera magnificado. Aún así, los polacos demostraron porque son una de las bandas extremas más grandes que hay ahora mismo en el panorama metalero internacional.
El Knotfest continuaba y los norteamericanos Papa Roach salían al Mainstage 1, Los Pelletiers seguimos sin entender que carallo hacían ahí y porque tocaban después de bandas de nivel consagrado como Sick Of It All o Ministry.
Comenzaron el show con su gran éxito “Last Resort” y … colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Su rap-pop pseudometal sampleado parecía que hacía vibrar a gran parte del público de Clisson, pero nosotros decidimos desconectar de un concierto que, en mi opinión, nunca debió de realizarse o al menos en este festival.
No habrá grupos de nu-metal/rap-metal mejores que los Papa Cucaracha para traer al Knotfest, porque cada vez que intentábamos seguir un poco el concierto nos parecía más lamentable y esa fue la razón de nuestra desconexión total. Ni con una paupérrima versión de “Firestater” consiguieron captar toda nuestra atención.
Estoy seguro que en este concierto todos los miembros de nuestra expedición pelletier visitaron la barra en más de una ocasión (apostaría por ello).
Después del desastre de Papa Roach, Powerwolf serían los encargados de continuar el festival. He de decir que los alemanes no son santo de mi devoción, pero después de lo vivido en el concierto anterior nada podía ser peor.
El powermetal de los de Saarbrücken no es muy innovador, que digamos, pese a su temática religioso-satánica. El uso continuado de coros operísticos y órganos catedralicios resultaba un poco cansino, pero los teutones no dieron un mal concierto.
Con una sólida base rítmica, Mr. Roel Van Helden nos recordó a los grandes bateras de powermetal alemán (Jörg Michael, Mike Terrana, Thomas Stauch…), su doble bombo resonó por todo el Val de Moine como una auténtica ametralladora. Los hermanos Greywolf a la guitarras mostraron presencia, solidez y buena ejecución en sus solos, y la voz de Attila Dorn mostró una gran fortaleza, pese a no tener los típicos registros agudos de este género musical.
Destacamos temas como “Amen & Attack”, “Blessed & Possessed” o “We Drink Your Blood” que estuvieron a la altura de lo que se esperaba. Buen concierto de los alemanes, que aunque no sea una banda que me guste especialmente, pienso que estuvieron muy firmes y serios, como buenos germanos.
El sol iba cayendo y Rob Zombie entraba en escena. “Meet the Creeper” sería el primer tema de los norteamericanos. La fiesta estaba servida pese a que no sabíamos que clase de concierto nos iba a brindar Mr. Zombie, ya que su irregularidad sobre las tablas es uno de sus grandes defectos, esa y su horrorosa voz en directo (creo que no estoy diciendo ninguna novedad). Pero tito Rob es una persona inteligente, sabe rodearse de buenos músicos, además de conocer sus limitaciones vocales y por eso, como buen americano, sabe hacer espectáculo como nadie.
“Living dead Girl” nos hizo echarnos nuestros primeros bailoteos y “More Human Than Human” nos devolvió a nuestra adolescencia, no sería el único tema de White Zombie ya que más tarde tocarían “Thunder Kiss ’65”.
Ese espectáculo del que hablábamos estaba muy presente: luces, plataformas, maquillaje y una gran pantalla con esas imágenes de Serie B que tanto nos gustan, hacían que pudiésemos disfrutar el concierto con los 5 sentidos (¿a caso la cerveza no se palpa, huele y degusta?).
Y es que el Señor Zombie sabe tocarnos la fibra, “Helter Skelter” hizo que se nos pusieran los pelos de punta, y “Blitzkrieg Bop” hizo que hasta al pelletier del que menos te lo esperas se pusiera a cantar (ey, oh, let´s go…).
“Dragula” fue el punto final a un show en el que vimos, desde un gran solo de John 5, hasta el trailer de la nueva película (“3 From Hell”) de este polifacético artista del horror apellidado Zombie.
Ya quedaba poco para que Slipknot saliera a escena, pero antes era el turno de los suecos Amon Amarth, que presentaban un nuevo álbum titulado, Berserker.
“The Pursuits of Vikings” nos abría las puertas del Valhalla. Este clásico no puede faltar en un directo de Amon Amarth y creo que es todo un acierto abrir el concierto con este temazo.
El fuego volvía a estar presente en el Mainstage 2, y los suecos se desenvolvían en estos menesteres como Ragnar en los campos de batalla. “Deceiver of Gods”, “First Kill” o “The Way of Vikings” fueron la antesala perfecta antes de que sonase “Crack The Sky”, de su nuevo álbum. Estos suecos lo tienen muy claro y no van a dejar ni su temática vikinga, ni su música a un lado.
Johan Hegg, como siempre muy agradecido y sonriente, era el perfecto maestro de ceremonias; un buen frontman, con una voz agresiva y profunda, que sabe alentar y caldear al respetable como pocos.
“Shiel Wall” y “Raven´s Flight” fueron los otros dos temas del nuevo disco, antes de acabar con una gran recta final: “Guardians of Asgaard”, “Raise Your Horns” y la poderosa “Twilight of the Thunder God”.
Muy buen concierto de los escandinavos, que hizo que se me olvidaran los desastrosos conciertos de Amaranthe y Papa Roach. Siempre es un seguro ver a Amon Amarth en directo, sabes que no van a fallar.
DIARIO DE LA LOCURA: SLIPKNOT
Las luces se apagaron y unas iluminadas letras de Slipknot destacaban en un gran telón. Un servidor, que había sido precavido, había guardado su cámara en la taquilla, ya que hacía cuatro años que, en ese mismo lugar y con ese mismo grupo, se había metido en el pit, y esta era una buena ocasión para volverse a meter dentro de todo el petate.
La intro “(515)”, de su segundo disco Iowa, nos hacía presagiar que iba a ser una gran noche. “People = Shit” encendía la mecha de la locura, del caos, de la auténtica guerra. Estaba metido en el puto centro de todo el meollo, rodeado por miles y miles de personas, que se movían, saltaban y empujaban, de forma que se interconectaban creando una especie de gran masa viva. Ya no había vuelta atrás.
Pero esa guerra fue cada vez a más, una rápida “(Sic)” hacía que el ejercito de zombies que tenía alrededor se retroalimentara de su locura más interna. Mis ojos veían caras desencajadas y de posesión, y los golpes, empujones y movimientos bruscos, hacían que me fuera conviertiendo en uno de ellos.
Corey Taylor nos daba la bienvenida, pero en realidad nos daba un balón de oxígeno, unos segundos para que nuestro acelerado pulso bajara unas cuantas pulsaciones. Ese descanso poco duró, ya que “Get This” volvía a alimentar la psicosis.
No me lo creía, dos canciones seguidas del primer álbum. Un gran juego de luces no ayudaba a que los ánimos se calmaran, la guerra seguía avanzando sin piedad y mi posición se acercaba de forma endiablada a las primeras filas.
“Unsaited”, tema de su próximo disco We Are Not Your Kind (se lanzará el 9 de agosto), ponía un poco de paz y calma, y podía dedicarme a ver un poco el espectáculo: Corey dejándose el alma con una máscara bastante fea, los guitarristas Jim Root y Mick Thomson dirigiendo todo con sus movimientos, sus miradas, su forma de tocar; y los percusionistas moneaban como enanos de circo sin ningún sentido más que para el puro espectáculo.
El concierto continuaba, “Disasterpiece” y “Before I Forget” habían puesto un poco de calma, pero en las primeras filas no había tiempo para la paz, así que decidí retrasarme un poco, aún estaba metido en toda la contienda, pero en la retaguardia siempre se está más seguro.
“The Heretic Anthem” volvía a despertar al monstruo, un monstruo que llego a vencerme, ya había tenido suficiente, al menos por un momento. “Psychosocial” y “The Devil in I” los vi desde un sitio más alejado, más tranquilo. Y a partir de “Prosthetics” decidí ver el concierto mucho más atrasado, y más cerca de la barra, ya que había que reponer fuerzas después de toda la lucha.
Dos formas de ver un concierto y vivirlo, experimentarlo desde dentro y visualizarlo casi por las pantallas, como había dicho anteriormente, lo puedes seguir sin ningún problema.
Un final de concierto donde temas como “Vermillion”, “Sulfur” o “Duality”, hicieron que la gran masa se moviera de una forma más exagerada. Y pese a seguir alli, quizás 100 ó 150 metros más atrás, la sensación era que ya no formaba parte de ella. Y la decisión de ver el concierto tranquilamente con mi birra en la mano, fue la mejor que pude tomar.
Corey agradeció al Hellfest por acoger su festival, agradeció a los fans franceses, y a toda la familia del metal, a la cual pertenecemos.
Pero todavía no había terminado, la locura aún se iba a apoderar de cada uno de los asistentes del festival, estuvieras dentro o más alejado. “Spit it Out”, nos hizo botar y vibrar, para enlazar con una tremenda “Surfacing”.
Grandísimo concierto de Slipknot, con un gran set list, una magnífica actitud y un gran sonido, demostrando porque en este 2019 fueron uno de los principales cabezas de cartel de los más grandes festivales de europa.
El festival no acababa ahí, ya que quedaba una banda por tocar, pero no quería desperdiciar las buenas sensaciones que tenía viendo a Sabaton, así que opté por juntarme con los demás pelletiers para hacer un poco el mal y dejarnos caer en la tentación de la noche víspera del festival del infierno.
Aún quedaban tres días, quedaba todo el Hellfest, pero eso ya es otra historia que será contada en otro momento y en otros artículos.
Stay Pelletetier