La compostelana Sala Capitol lucía hasta la bandera cuando llegamos en la fría noche del viernes 1 de diciembre. Caras conocidas, gente guapa, blonde girls oliendo a perfumes franceses, algún jevocho, los incombustibles Pelletiers… Carne de directo, vamos…
La ocasión no era para menos, ya que una de las voces más revolucionarias del panorama ibérico(con estilo y buen gusto, no como otros que circulan ahora mismo por infinidad de festivales) y su banda traían a la capital gallega su gira Un Día Nada Más.
A las 10, tal como había sido anunciado, comenzaban a sonar las notas de En La Silla Eléctrica, tema que encadenaron con Sofokao, consiguiendo que el respetable se viniera arriba desde el primer momento. Puños en alto y apoyo total a la formación pamplonica.
Así fue el primer cover de Txarrena de la noche, donde la voz de Enrique sonó todo lo rasgada que el tema del segundo disco de la banda necesita, dejando muestras del excelente estado de forma del frontman.
Con solo tres temas, la banda ya se tenía a todo el respetable en el bolsillo y un servidor pudo comprobarlo cuando me salí hacia el fondo de la sala a vaciar las primeras birras. La atmósfera era tan idílica que, mientras sorteaba a la gente, mi mente pensaba que no hay nada más bonito que un directo, sus apretujones, los olores que irradian multitud de perfumes distintos y que llenan tus fosas nasales al moverte entre la gente, nuevos amigos… No solo música, vamos…
Ensoñaciones aparte, era el momento de Algunas Cosas por Terminar y, automáticamente, Txus Maravi y su guitarra se hicieron dueños del escenario; hecho que se repetiría varias veces durante el directo, demostrando que tras ese bombín y esa cara de bonachón se oculta un gran guitarrista.
Mi compañero de fatigas en esta ocasión llegó al éxtasis en este momento: los acordes de Barrio Conflictivo comenzaron a sonar, transportándonos en el tiempo a hace más de 30 años, cuando otro grande, Rosendo Mercado, producía el segundo disco de Barricada y comenzaba a sentar las bases de lo que sería uno de los grupos más atemporales de nuestra música.
Después del tema protesta Enrique quiso darle un poco de tranquilidad al asunto y entonó la letra pegadiza de Que no me Silbes (amor a raudales, pero con “peros”…, tal como la vida misma). Junto a Collar Abandonado, del primer disco de la banda (Demasiado Tonto en la Corteza, 2013), la banda hizo un guiño a su faceta más popera, aunque en directo sonaron lo suficientemente potentes como para que la cosa no decayera. Eso sí, en mi caso aproveché para acercarme a la barra, AGAIN…
La denuncia política regresó con Peineta y Mantilla, para dar paso a la particular visión de la vejez del compositor pamplonica en En Punto Muerto.
Le llegaba el turno a Tentando a la Suerte y Animal Caliente, donde mis ojos se fijaron en que Brigi Duque, antiguo frontman de Koma y actualmente batera de esta banda, estaba como poseído, golpeando los parches a dolor; y su sonrisa permanente demostraba lo bien que se lo estaba pasando, el cabrón…
Y sucedió lo inevitable…
Todos y cada uno de los directos tienen sus anécdotas, sus fallos, sus cosas…; unas veces más visibles otras menos…
Pues el multi-instrumentista se cargó el bombo… Cosas del Directo…
Rápidamente, se dispusieron a cambiar el parche dañado, pero Enrique y Txus no estaban para estarse quietos, así que se lanzaron con Matilde Landa (fuera del set list preparado) ante los ojos atónitos de Eugenio Aristu, bajista de El Drogas, al que, para más inri, se acercó Brigi a tocarle “el bajo” y ofrecerle un momentáneo cambio de papeles.
En este momento supe lo que era pasárselo bien encima de un escenario.
El batera pidió dos veces al respetable que tuviéramos cuidado, ya que la broma iba a acabar con el parche dañado por los aires y así fue… Todo el mundo se enteró, menos mi amigo Nano Vikendi, virtuoso guitarrista de la banda Talesien, que estaba apoyado en la barra y pendiente de su refrigerio cervecil (no lo prueba…). Sabéis en que cuello impactó el parche???
Ay, Nano,Nano… La bebida te la lía!!!
De vuelta a la normalidad, Todos los gatos, Debajo de aquel árbol y la gran versión de Frío (Alarma), que veía la luz en el primer y homónimo disco de Txarrena (1992), como homenaje a Manolo Tena.
La controvertida Oveja Negra sonó como siempre: poderosa, irreverente y con todo el público cantándola, enfervorecidos, ante el recital que los navarros estaban dando.
Enrique baja un poco el pistón y se pone intimista, para darnos un respiro con Nos Hace Morir y Cordones de Mimbre, ambas de Demasiado Tonto en la Corteza y que serían un oasis antes de la parte final del concierto. Antes de seguir, decir que Txus y su guitarra lo llenan todo; es imposible no quedarse embobado con como sus dedos hacen vibrar las seis cuerdas consiguiendo que por momentos nos olvidemos del gran frontman de la banda.
Enrique, que no se estaba quieto un minuto y eso que, según dice, hace años que no la prueba, cogió dos baquetas y se acercó a los parches, haciendo temer otra desgracia. Pero no… No pasó nada… Solo sonó No Sé Que Hacer Contigo, tema en el que no tuvo que hacer grandes esfuerzos vocales, ya que la gente de Santiago tenía amplias ganas de cantar.
Un paso adelante de los dos instrumentos de cuerda para comenzar el juego del gato y el ratón, entre un público para el que No Hay Tregua y un Brigi que en vez de estar trabajando parecía que estaba en una fiesta plagada de excesos, mujeres y alcohol.
En este momento ocurrió uno de los momentos más emotivos de la noche, justo cuando Enrique recordaba a Eduardo Galeano (1940 – 2015), escritor uruguasho que tuvo un ligero problema… de muerte, no sin antes haber dejado buena marca en la historia cultural de sudámerica y del resto del mundo. Dedicándole Sin reverencias, la formación rendía homenaje a este gran escritor y periodista, pero también a todo el mundo de las letras y la cultura.
La Hora del Carnaval y Todos mirando nos transportaron de nuevo a los inicios del Rock nacional, para acabar el directo con Empujo Pa ´kí y Víctima.
Teníamos ganas de más… Más cerveza, más abrazos, más…. con” la rubia de la cuarta fila”, más El Drogas… y Enrique y sus huestes lo sabían…
El navarro salió como una exhalación a cantar Azulejo Frío con su inseparable bastón y todo el mundo comenzó a saltar de nuevo como si fuera el primer tema de la noche, dando alas a la banda en un final de bolo que se presumía apoteósico. Brigi seguía con su fiesta particular y El Drogas quiso unírsele en esta ocasión, haciendo que de los parches salieran ritmos africanos, con los dos músicos golpeándolos a dúo, para regocijo del personal.
No podíamos pedir más cuando los acordes de En Blanco y Negro atronaron nuestras cabezas para desatar la locura, tanto en la pista como en el escenario; donde Txus parecía poseído por la maldad y Aristu aporreaba las cuerdas del bajo como si no hubiera un mañana.
Para que nuestros corazones volvieran a la normalidad, muy acertadamente en mi opinión, Txus cogió la guitarra acústica y Enrique cantó Otros Tragos, para completar un set list acojonante.
Muy buen bolo, estupenda sala y, por poner un pero…, me faltaron dos o tres temas más… Sean Bienvenidos, Rojo, Otra noche sin dormir, Problemas… Bueno, vale!!! Soy imposible de contentar!!!
Comentar también que tanto el personal de la sala, como la gente de Black Izar (productora), como la gente cercana a la banda se portaron de forma inconmensurable con los Pelletier y con todos los allí presentes.
STAY PELLETIER y nos vemos en los bares (esos sitios que El Drogas ya no visita…)
@PelletierHorror
@redgra